Ayer asistí a un foro de gestión de despachos de abogados donde debatimos sobre el nuevo sistema de acceso a la abogacía a dos años de su implantación. Me pregunto cómo afectará al sector esta nueva regulación, desde el punto de vista de la dirección del despacho.
La verdad es que somos de los pocos países en los que no existe ningún sistema de control de acceso a la profesión, y tal y como comentaba uno de los asistentes al foro, las diferencias con algunos países como Alemania para acceder al ejercicio de la abogacía son enormes. Verdaderamente, es una situación que debe de cambiar porque no es una situación que garantice plenamente el derecho a la defensa o a un buen asesoramiento. Ser licenciado en derecho no es lo mismo que ser abogado.
Sin entrar en los detalles del nuevo sistema de acceso, que creo que corresponden más a otro tipo de foros, me gustaría analizar los efectos que puede provocar la entrada en vigor del sistema desde el punto de vista de la dirección, dando el nuevo sistema de acceso como un hecho que se producirá.
En primer lugar, es evidente que, en principio, va a disminuir el número de abogados -el enorme número de abogados- existente, aunque será gradual, porque lo que se reducirán serán las nuevas incorporaciones. Así que tendremos un periodo sin nuevas contrataciones de abogados.
Por otro lado, creo que vamos a ser mucho más selectivos en cuanto a las funciones que de manera imprescindible debe hacer un abogado. Si dejamos de lado los procedimientos judiciales, existen infinidad de materias "difusas" que no están reservadas de manera exclusiva a los abogados. ¿Aumentarán los perfiles del tipo "paralegal" de los países anglosajones?
Otro efecto que soy incapaz de analizar de momento, es que existirán dos tipos de abogados en ejercicio, los que han superado unas pruebas de acceso y los anteriores a la nueva regulación. ¿Será un criterio diferenciador a la hora de seleccionar abogados por los despachos o incluso por los clientes?
El nuevo sistema supone, desde el punto de vista de análisis del sector, la creación de una "barrera de entrada", lo que en principio protege a los que consiguen acceder o ya han accedido (aunque no sea ésta la finalidad de la norma), pero es un hecho que ocurrirá y que debe ser tratado, ya que hay otras fuerzas competitivas (según el modelo de análisis de las cinco fuerzas de Porter) que se verán alteradas. Como ya he comentado, la amenaza de entrada de sustitutivos será la que más cambios experimente.
Esperemos que el nuevo sistema de acceso sirva para aumentar el nivel de la abogacía española y que las pruebas de acceso no se terminen convirtiendo en un mero requisito administrativo.
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