Me uno a esta fantástica iniciativa de Thomson Reuters con mucho orgullo y todavía más humildad. Mis compañeras y antes, también, otras referentes ilustres de nuestra profesión que ejercen desde todos los estamentos, han esbozado brillantemente la evolución de la presencia de la mujer en nuestra profesión desde sus orígenes y su visión personal de la situación actual y retos de futuro. Poco podría añadir, aunque sí me gustaría poner de relieve que estamos viviendo un momento clave, en el que los vientos soplan a favor y no podemos desaprovechar la oportunidad para consolidar las bases de una profesión más diversa y justa, entregando un mejor testigo a las futuras generaciones.
La toma de conciencia de que la diversidad es fuente de riqueza, tanto desde el punto de vista de su contribución a una mayor innovación, a mejores resultados económicos y por tanto a un mayor progreso, es inapelable. En todo caso, lo es en aquellos contextos que parten del reconocimiento del valor intrínseco de la diversidad y se dotan de estructuras que les son propicias (normas nacionales, normas de industria, entorno cultural), donde se comprueba que la diversidad favorece un mejor rendimiento. Múltiples artículos y estudios lo han analizado y, a modo de ejemplo, mencionaré el más reciente estudio de McKinsey [1] en el que se manifiesta que la Inclusión y Diversidad es un facilitador de la recuperación, resiliencia y reinvención especialmente tras la crisis del Covid-19.
¿Cómo podemos contribuir al cambio? Desde nuestra posición como abogadas y directoras jurídicas de empresa podemos aportar más de lo que a veces creemos, trascendiendo a la propia función legal y contribuyendo a que nuestras compañías sean actores clave para una lograr una sociedad más diversa.
Así, por ejemplo, en primer lugar, en la esfera más inmediata de nuestro rol, con nuestros equipos: asegurándonos de que atraemos y retenemos un talento diverso e inclusivo y de que ellos transmitan a su vez el mensaje a la organización. Por otro lado, procurando seleccionar a los colaboradores externos (asesores u otros) que asimismo estén comprometidos con la diversidad. Iniciativas como la de General Counsel for Diversity and Inclusion [2] son una muestra del firme compromiso que han adquirido los directores y directoras legales de compañías líderes, hombres y mujeres por una profesión más justa e inclusiva. Nosotras, en efecto, tenemos una posibilidad única de influir en la creación de más oportunidades para que abogados diversos y en concreto, mujeres, sean seleccionados como asesores, reconocidos por su mérito y apoyar así su promoción a posiciones de liderazgo.
Creo asimismo que es enriquecedor participar en asociaciones como, en mi caso, la Association of Corporate Counsel (ACC), en la que más allá de mi trabajo como General Counsel en Applus+, contribuyo activamente y de forma altruista como Vice Presidenta de su capítulo europeo. Esta organización, la mayor y más global de abogados de empresa, está firmemente comprometida con el desarrollo de los abogados in-house y con la Diversidad, Equidad e Inclusión (DE&I) siendo éste, hoy por hoy, uno de los ejes de la actividad de la asociación. Desde una perspectiva internacional, ofrece múltiples recursos que van desde foros de debate a modelos prácticos para autoevaluar y mejorar la madurez de una compañía en esta área.
Sin embargo, no podemos obviar que un catalizador del cambio será que un mayor número de mujeres alcancen puestos directivos y, cuando analizamos datos como los de European Women On Board [3], las cifras de representación femenina en posiciones ejecutivas y de liderazgo siguen planteándonos retos. También ahí, los directores y directoras legales podemos aportar ya que, hoy, asumimos un ámbito de actuación e influencia más amplio, que va más allá de nuestro papel en el ámbito legal tradicional. Así, podemos contribuir a que nuestras compañías desarrollen iniciativas en pro de la diversidad, equidad e inclusión [4] en general, e impulsen medidas que fomenten incrementar el número de altas directivas, en particular. En este ámbito, la asunción de objetivos ESG (siglas inglesas de Environmental, Social & Governance) con el creciente foco actual de los mercados y reguladores, es igualmente un catalizador para múltiples iniciativas hacia un desarrollo sostenible y debemos trabajar para que estén en la agenda de nuestras empresas.
Finalmente, por nuestra cercanía con el Consejo de Administración podemos promover que se adopten políticas de selección de consejeros/as que sean un ejemplo del mejor gobierno corporativo. Aquí, comparto con satisfacción que en Applus+ (que cotiza en el Mercado Continuo) contamos con un 30% de mujeres consejeras desde 2019 y tenemos el firme objetivo de alcanzar el 40% para finales del 2022. En esta línea de acción, programas como el Women to Watch de PwC, para ayudar a mujeres directivas a convertirse en consejeras, en el que participo, son un ejemplo a seguir.
En conclusión, el momento es más que propicio y, con iniciativas como ésta, que dan visibilidad a las mujeres en el mundo del Derecho, estoy segura de que cada uno de nosotros podemos identificar acciones a nuestro alcance para que nuestra profesión represente en un futuro muy próximo los valores que todos los juristas defendemos.
[1] https://www.mckinsey.com/featured-insights/diversity-and-inclusion/diversity-wins-how-inclusion-matters
[3] https://europeanwomenonboards.eu/portfolio/spain-2020/
[4] https://www.applus.com/global/es/about-us/equality-diversity-inclusion/equality
