Los despachos Second Hundred muestran un desempeño alucinante, más aún si los comparamos con las magnitudes a las que estamos acostumbrados en la arena ibérica.
Sin duda, el sueño de todo joven abogado es pertenecer a uno de los mejores despachos, de esos que aparecen en los rankings internacionales, que figuran en los diarios y que además tienen proyección a nivel nacional e internacional. En la mayoría de países del mundo, sólo algunos bufetes de élite pueden ofrecer una oportunidad así. En España, por ejemplo, sólo unos cuantos despachos tienen una presencia consolidada a nivel nacional, y menos son los que tienen presencia en las grandes capitales mundiales. Sin embargo, en Estados Unidos, los jóvenes licenciados en Derecho tienen una gama mucho más amplia de oportunidades. Ni siquiera tienen que mirar a los primeros 100 para realizar sus sueños de grandeza y cosmopolitismo. En la órbita norteamericana, las firmas pueden no figurar en la esquiva cúspide y seguir siendo empresas de considerable tamaño que producen millones de dólares, contratan cientos de abogados y abren oficinas en el mundo entero. Por ello, la prestigiosa revista estadounidense, American Lawyer, ofrece todos los años su ranking Am Law 200, con toda la información sobre los despachos americanos situados desde el puesto 101 hasta el 200.
De acuerdo a los datos recientemente publicados, los despachos Second Hundred registran un desempeño alucinante en Estados Unidos, más aún si los comparamos con las magnitudes a las que estamos acostumbrados en la arena ibérica. Estas firmas tienen un promedio de 289 abogados, 92 socios, y unos averages de ingresos netos, en dólares, de casi 170 millones, 589 mil por abogado y ganancias por socio de 666 mil. Estas dimensiones, que suenan astronómicas en cualquier parte del mundo, son superadas ampliamente por el Top 100 del Big Law estadounidense, cuyos miembros cuentan con un promedio de 778 abogados por firma, 183 de ellos como socios, ingresos brutos aproximados de 645 millones de dólares, ingresos por abogado de casi 828 mil, y ganancias por socio de 1,315 millones.
Según la publicación, lo que diferencia a ambos segmentos es primordialmente el ritmo de crecimiento y la proporción de socios en relación al número de abogados contratados. Desde 1998, los despachos pertenecientes al Top 100 de Am Law crecieron en un promedio del 68 por ciento. Por su parte, los de la franja del 200 lo hicieron en un promedio de sólo 32 puntos porcentuales. Por otro lado, la proporción de abogados contratados frente al número de socios de la firma, en los cien primeros, es mucho mayor que en el caso del segundo segmento, salvo en casos excepcionales. Lo más importante del nuevo ranking de American Lawyer es que, al menos durante los últimos diez años, estas firmas "medianas" del cosmos norteamericano han crecido de manera sostenida, tanto en lo referente a sus reportes de ganancias como en la contratación de nuevos abogados, e incluso en la diversificación geográfica.
