Las disputas en las que los fondos de litigios suelen invertir son ciertamente complejas e implican el establecimiento de una relación a medio-largo plazo entre el reclamante, sus asesores legales y el fondo financiador.
En una industria relativamente novedosa como la de la financiación de litigios, es esencial que las empresas y los despachos de abogados se familiaricen no solo con las soluciones que los fondos de litigios pueden aportar, sino también con los criterios más relevantes que han de tenerse en cuenta a la hora de elegir a un fondo de litigios como compañero de viaje.
A continuación, exponemos de forma breve y sencilla los principales criterios que, bajo nuestro punto de vista, son clave a la hora de tomar esta decisión.
(i) Capital propio para invertir
Probablemente, este criterio marque la diferencia. Es fundamental que la parte que busca la financiación o venta de su pleito conozca si su interlocutor tiene capital propio para invertir, o por el contrario se trata de una entidad que ha de salir al mercado a captar dicho capital para invertir en cada caso concreto, como por ejemplo los intermediarios o brókers.
Los vehículos de inversión de Procurator Litigation Advisors (PLA) tienen capital propio para invertir, lo que asegura la confidencialidad de la potencial operación y facilita desde un primer momento el entendimiento de las partes, el enfoque de la transacción y los recursos internos que las partes han de dedicarle.
(ii) Estrategia de inversión
Cada fondo de litigios tiene su propia estrategia de inversión. No existe una estrategia mejor que otra, sino que se trata de distintas alternativas o modelos de negocio. En cualquier caso, es importante que los clientes y los despachos de abogados conozcan, al menos, las siguientes cuestiones:
- Tipología de pleitos: ¿el fondo invierte en cualquier tipo de pleitos o tiene alguna restricción en cuanto a países, órdenes jurisdiccionales o materias? ¿Se invierten solo en casos particulares o también en carteras de pleitos?
- Tipo de inversión: ¿el fondo simplemente financia el litigio o arbitraje, o valora también la posibilidad de adquirir los créditos o de invertir siguiendo un modelo de cuentas en participación o de monetización parcial de la reclamación? ¿Pueden utilizarse los fondos para las necesidades operativas del cliente?
- Con o sin recurso: ¿se trata de una financiación con o sin recurso?
- Momento de la inversión: ¿se financian o adquieren posiciones en las que la reclamación judicial o arbitral esté pendiente de ser iniciada, o se contempla también la posibilidad de invertir en reclamaciones ya iniciadas, e incluso con sentencias o laudos ya dictados?
- Importe de la inversión: ¿se requiere algún importe mínimo de inversión o de reclamación
- Aproximación del fondo al litigio o arbitraje: ¿el fondo adopta un rol activo o pasivo en el seguimiento del litigio?
En Procurator Litigation Advisors (PLA) abordamos estos puntos de forma flexible y creativa, adaptándonos a las necesidades de nuestros clientes. Por tanto, podemos ofrecer esquemas de adquisición, de financiación, y modelos híbridos de monetización o cuentas en participación, siempre sin recurso.
PLA busca oportunidades de inversión en cualquier tipo de litigios o arbitrajes que tengan conexión con España y Portugal, y que se encuentren en cualquier fase del proceso (prejudicial, judicial o arbitral, o en ejecución).
Nuestra aproximación a los litigios es como inversor financiero, no como abogados. Por ello, sin perjuicio de que debamos estar informados de la evolución de los asuntos e intentamos ayudar en la medida de lo posible, respetamos al máximo la relación abogado-cliente y no tomamos las decisiones sobre las actuaciones que han de llevarse a cabo en los litigios o arbitrajes.
(iii) Cumplimiento de la normativa aplicable y mejores prácticas
Al hilo de lo anterior, a la hora de seleccionar un fondo de inversión en litigios es trascendental asegurarse de que cumple con la normativa aplicable y con las mejores prácticas de la industria, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de una práctica generalmente poco regulada. Lo contrario podría suponer graves problemas de confidencialidad, de reputación, conflictos de interés e incluso el fracaso de la operación objeto de financiación.
Dado que la práctica de la inversión en litigios no se encuentra específicamente regulada en España, Procurator Litigation Advisors S.A., además de cumplir rigurosamente con la normativa genérica de aplicación, aplica mutatis mutandis el Código de Conducta para los Financiadores de Litigios de la Asociación de Financiadores de Litigios de Inglaterra y Gales (Code of Conduct for Litigation Funders, The Association of Litigation Funders of England & Wales).
En cumplimiento de este código de conducta, PLA se aproxima a las potenciales operaciones asegurando la más estricta confidencialidad de las disputas, garantiza que sus vehículos de inversión tienen acceso inmediato a los fondos necesarios para financiar el litigio desde su inicio hasta su finalización, se asegura de que sus clientes reciban asesoramiento legal independiente sobre el contrato de inversión antes de su firma y respeta la relación abogado-cliente durante el desarrollo de la disputa, entre otros compromisos.
(iv) Conocimientos específicos sobre el sistema legal y factores culturales
La financiación de litigios se inició en Australia, y de ahí pasó a desarrollarse en Estados Unidos y en Reino Unido. Solo en los últimos años ha comenzado a desarrollarse en los países de Europa continental, entre ellos España y Portugal.
Debido a sus orígenes, la mayoría de los fondos de litigación son de origen anglosajón y operan sobre la base de esquemas de adquisición o financiación basados en sistemas de common law.
Aunque dichos esquemas pueden funcionar en mercados como el español y el portugués, la práctica está demostrando que se valora especialmente contar con un socio financiero que hable el mismo idioma que el cliente, que conozca y comprenda su cultura y su sistema legal, y que sea consciente de las preocupaciones e inquietudes que el empresario nacional puede tener.
Trabajar con un fondo que cumpla con estos requisitos y que pueda adaptar su modelo de negocio a las necesidades particulares de sus clientes aporta un valor añadido sustancial. Sobre todo, teniendo en consideración las importantes diferencias legales -y procesales- entre los sistemas de common law y los de derecho civil o continental.
El impacto de estos factores es especialmente significativo durante el proceso de due diligence de la operación. Disponer de un equipo interno de abogados que conozca las singularidades del sistema legal y procesal del lugar donde radica el litigio acorta los tiempos de la operación y ayuda a no hacer “sobre trabajar” a los clientes y a sus abogados.
Ello, en la medida en la que el propio equipo interno del fondo puede detectar las principales fortalezas y riesgos del caso en un corto periodo de tiempo y hacer su propia valoración inicial, sin necesidad de requerir a los clientes prolijas opiniones legales ni extensa documentación en una fase todavía preliminar, y sin entrar en las intensas fases de due diligence hasta que las conclusiones iniciales del fondo son compartidas con los clientes y se verifica que las posiciones de las partes están alineadas.
Por supuesto, la enumeración anterior no pretende ser exhaustiva. Hay otros muchos criterios que juegan un papel importante en la elección del socio adecuado, siendo preciso resaltar especialmente los valores y la reputación del fondo, su cercanía, su flexibilidad, y su capacidad generar sinergias y de aportar valor añadido a largo plazo.
HOW TO CHOOSE A LITIGATION FUNDER
The disputes in which litigation funders often invest are complex and involve the establishment of a medium to long term relationship between the claimant, its legal advisors and the litigation funder.
In a relatively new industry such as litigation funding, it is essential for companies and law firms to familiarise themselves not only with the solutions that litigation funders can provide, but also with the most relevant criteria to be taken into account when choosing a litigation funder as a partner.
The following is a brief and simple overview of the main criteria which, in our view, are key in making this decision.
(i) Own capital to invest
This criterion probably makes the difference. It is essential for the party seeking to finance or sell its lawsuit to know whether its interlocutor has its own capital to invest, or whether it is an entity that has to go to the market to raise such capital to invest in each specific case, such as intermediaries or brokers.
The investment vehicles of Procurator Litigation Advisors (PLA) have their own capital to invest, which ensures the confidentiality of the potential transaction and facilitates from the outset the understanding of the parties, the approach to the transaction and the internal resources that the parties have to devote to it.
(ii) Investment strategy
Each litigation funder has its own investment strategy. There is no one strategy that is better than another, but rather different alternatives or business models. In any case, it is important for clients and law firms to be aware of at least the following issues:
- Typology of claim: does the funder invest in any type of litigation or does it have any restrictions as to countries, jurisdictional orders or subject matters? Does it invest only in individual cases or also in portfolio arrangements?
- Type of investment: does the funder simply fund the litigation or arbitration, or does it also consider purchasing the claims or hybrid models such as a partial monetization of the claim? Can the funds be used for the client’s operational needs?
- With or without recourse: Is the investment made on a recourse or on a non-recourse basis?
- Timing of the investment: are claims financed or acquired where the court or arbitration claim is still pending, or is it also possible to invest in claims that have already been initiated, including judgments or awards that have already been rendered?
- Investment amount: is there a minimum investment or claim amount required?
- Funder’s approach to litigation or arbitration: does the fund take an active or passive role during the conduct of the litigation?
At Procurator Litigation Advisors (PLA) we approach these points in a flexible and creative way, adapting to our clients’ needs. We can therefore offer acquisition schemes, financing schemes, and hybrid models of monetization or silent partnerships, all on a non-recourse basis.
PLA looks for investment opportunities in any type of litigation or arbitration that has a connection with Spain and Portugal, and that is at any stage of the process (pre-judicial, judicial or arbitral, or enforcement proceedings).
Our approach to litigation and arbitration is as a financial investor, not as lawyers. Therefore, without prejudice to the fact that we must be informed of the evolution of the cases and we try to help as far as possible, we respect the lawyer-client relationship as much as possible and we do not take decisions on the actions to be taken during the course of the legal proceedings.
(iii) Compliance with the applicable law and best practices
Following on from the above, when selecting a litigation investment funder, it is important to ensure that it complies with the applicable law and industry best practices, particularly as this is generally a lightly regulated practice. Failure to do so could lead to serious confidentiality issues, reputational problems, conflicts of interest and even the failure of the transaction being funded.
Given that the practice of litigation and arbitration funding is not specifically regulated in Spain, Procurator Litigation Advisors S.A., in addition to strictly complying with the generic regulations applicable, applies mutatis mutandis the Code of Conduct for Litigation Funders of The Association of Litigation Funders of England & Wales.
In compliance with this code of conduct, PLA approaches potential transactions ensuring the strictest confidentiality of disputes, ensures that its investment vehicles have immediate access to the funds necessary to invest in the litigation from inception to completion, ensures that its clients receive independent legal advice on the investment agreement before it is signed and respects the lawyer-client relationship during the course of the dispute, among other commitments.
(iv) Specific knowledge of the legal system and cultural factors
Litigation funding started in Australia, and from there it developed in the United States and the United Kingdom. It is only in recent years that it has started to develop in continental European countries, including Spain and Portugal.
Due to their origins, most litigation funders are of Anglo-Saxon origin and operate on the basis of acquisition or funding schemes based on common law systems.
Although such schemes may work in markets such as Spain and Portugal, practice is showing that it is particularly valued to have a financial partner who speaks the same language as the client, who knows and understands its culture and legal system, and who is aware of the concerns and worries that the national entrepreneur may have.
Working with a funder that meets these requirements and can adapt its business model to the particular needs of its clients brings substantial added value. Particularly in view of the significant legal – and procedural – differences between common law and civil or continental law systems.
The impact of these factors is particularly significant during the due diligence process of the transaction. Having an in-house team of lawyers who are familiar with the peculiarities of the legal and procedural system in the place where the litigation is based shortens the time of the transaction and helps to avoid that clients and their lawyers “overwork”.
This is to the extent that the funder’s own in-house team can detect the main strengths and risks of the case in a short period of time and make its own initial assessment, without the need to require lengthy legal opinions and extensive documentation from clients at a still preliminary stage, and without entering into intensive due diligence phases until the funder’s initial conclusions are shared with clients and it is verified that the parties’ positions are aligned.
Of course, the above list is not intended to be exhaustive. There are many other criteria that play an important role in choosing the right partner, with particular emphasis on the funder’s values and reputation, its proximity, its flexibility, and its ability to generate synergies and add value in the long term.