
Tratar válidamente un dato significa el manejo diligente de la información personal o no personal involucrada. Como un dato es una información debe ser algo preciso, válido, verdadero, fundamentado, demostrable, medible, valorable diligentemente a nivel cualitativo-cuantitativo, necesario, efectivo, suficiente para solucionar el problema que resuelva una inteligencia artificial (IA) según como exista en cada relación jurídica. Por eso no se trata de alucionaciones antijurídicas, es decir, de resultados que afecten los derechos y deberes, porque es posible que la IA exista con una calidad válida. Ese es el deber ser jurídico.
Dado que se considera que en algunos contextos existe “un exceso de regulación” sobre tratamiento de datos es pertinente aclarar que la regulación solo es una, porque las normas solo son lo que aclara elementos de los derechos y deberes. Lo contrario a ello no es una norma, no es parte de la regulación, entonces no existe mucha regulación. Lo conocido como demasiada regulación significa la creación de formas que hacen inaplicables los derechos y deberes, son complejidades culpables. Mientras que lo que forma la regulación es algo necesario para que se gocen los derechos y cumplan los deberes de una manera cada vez más simple.
Frente a la IA siempre se deben tratar datos, porque es un producto que existe con base en ello, incluso la robótica. Aunque su presencia en átomos es mayor que la IA funcionando mediante un ordenador (computador) tradicional, siempre se basa en datos. Esa es la importancia de tener datos, de emplearlos, de ir aclarando y procesando el conocimiento, de obtener y aplicar el conocimiento para mejorar el mundo. Para ir logrando formas óptimas del bien, de bienestar, la IA válida es una forma de ello. Pero solo existe cuando se conoce y cumple lo definido en el derecho.
Los casos se resuelven cuando eso está claro. Los problemas jurídicos relacionados con el tratamiento de datos se superan cuando se conocen y aplican los derechos y, por ende, deberes. Esto no consiste en conocer y aplicar las normas cuyo contenido directo es sobre tratamiento de datos, sino en entender y poner en práctica la forma de los derechos y deberes, así se logra que la IA trate datos válidamente. Coincidiendo con la manera en la cual procede el deber ser jurídico ante ello, no existen casos jurídicos fáciles, es decir, simples, sometidos a la subsunción de lo dispuesto mediante una norma y casos (jurídicos) difíciles, es decir, complejos, donde se deba aplicar lo explícito e implícito del derecho.
Siempre se debe conocer y aplicar el todo del derecho, es la única forma en la cual se gozan los derechos y cumplen los deberes. Por ejemplo, en relación con el tratamiento de datos (personales y no personales) mediante IA. Esa es la forma en la cual existe el dato válido y su tratamiento válido al existir de una forma dimensionada, recolectada, almacenada, clasificada, organizada, sustentada, adaptada, procesada, retroalimentada, trazada, controlada y disponible con armonía jurídica. En general, de una forma válida, dando paso al bien, porque son las condiciones del ejercicio de los derechos y deberes en cuanto al manejo de la información de cara al empleo de IA en una relación jurídica, siendo así un vínculo jurídico que se basa en soluciones, en la satisfacción de las necesidades por las cuales existe la relación, es decir, en la mejora del mundo a la medida de ello.
No somos perfectos, pero sí perfectibles. La IA válida es una de sus formas, es algo evolutivo. La evolución existe cuando existe una mejor forma del bien, es decir, de la existencia de la vida, gracias a la diligencia. Si se considera que el derecho es un capricho, algo impreciso, una falacia, algo inexistente, algo que separa reglas, principios, normas, derechos, deberes, no se puede lograr. Si se valora y usa la capacidad humana bondadosa es realizable. La solución es contundente, clara, jurídica.