"Repara tu trineo en el verano, y tu carreta en el invierno". (Proverbio Armenio)
Llegan las vacaciones para muchos abogados y es tiempo de reflexión.

Al igual que todos los treinta y uno de diciembre nos hacemos las más variadas promesas, al final de julio, cuando suena el pitido final de nuestra temporada profesional, es hora de descansar y dedicar algo de tiempo a hacer balance.
Con esta promesa en mente, ya he hecho parte de mis deberes, y los últimos días de julio los he dedicado a cavilar sobre una idea que debe iluminar cualquier balance que realicemos y que está por encima de las cifras, porcentajes y magnitudes que solemos emplear en estos casos.
La cuestión es ¿Soy un/a abogado/a que me encuentro satisfecho con mi estilo de vida?
Así de simple, y así de complejo.
Y digo así de simple, porque la respuesta puede ser rápida, ya que es una cuestión de percepción personal, vinculada al momento en el que nos encontramos. Pero es igualmente compleja, porque aquí convergen tres factores que se entremezclan y debemos considerar:
- Pasión
- Desarrollo profesional
- La vida después del trabajo
Tres factores que, de concurrir, definen nuestra satisfacción como abogados y de no hacerlo, es indicador de la necesidad de comenzar con la búsqueda de vías de mejora y cambio.
¿Te apasiona el trabajo que haces? ¿Disfrutas con tú trabajo?
Sí No
¿Te permite el trabajo desarrollar tus habilidades como abogado? ¿Has encontrado la destreza que te hace diferente y la estas maximizando?
Sí
No
¿Aparte del trabajo, tienes una vida personal/familiar plena? ¿Amigos, familia, hobbies, viajes?
Sí
No
Piensa detenidamente sobre estas preguntas. Luego, marca las casillas y comprueba donde te encuentras. Lo demás, es cosa tuya.
Suerte y felices vacaciones.