La última pieza del mundo Google ha desembarcado en el viejo continente a ritmo de vientos y redobles, nada menos que con un catálogo de 5.5 millones de obras musicales procedentes de 31 países, y gestionadas por las principales entidades de gestión europeas (SGAE, SACEM, SIAE, UMPI, SONY Latino, PEER latino o SPA, entre otros). Este catálogo permite a Google ampliar la oferta de contenidos musicales por todo el territorio comunitario, continente que aún no ha despegado en la euforia por el ecosistema multimedia de la “G” del Valley.
El acuerdo fue alcanzado entre Google y Armonía, una iniciativa de tres de las principales Sociedades Europeas de Gestión, SACEM (Francia), SGAE (España) y SIAE (Italia), para hacer frente a los retos del ámbito digital de la industria musical, así como homogeneizar la concesión de licencias para el uso del nuevo gran catálogo integrado por los repertorios de cada entidad. Armonía plantea así ser un "polo de licenciamiento" pan-europeo, una "central de gestión" y un centro de servicios compartidos para todos los artistas representados, cumpliendo con los objetivos de transparencia y eficacia de la reciente Propuesta de Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo (relativa a la gestión colectiva de los derechos de autor y derechos afines y a la concesión de licencias multiterritoriales de derechos sobre obras musicales para su utilización en línea en el mercado interior). Armonía rompe así con las barreras de la negociación país por país, como el modelo inicial de entidades de gestión rompió con las negociaciones y gestiones artista por artista.
Google pretende con este nuevo servicio, plantar cara a sus competidores directos en lo que a contenido de entretenimiento online se refiere (Amazon, iTunes, Netflix, etc.). Google Play integra, por una parte, un servicio de almacenamiento en cloud ya sea de películas, música, libros o aplicaciones, así, una "videoteca, discoteca, biblioteca y appteca virtual", y por otra parte, una tienda online de todos los anteriores, añadidos sus Nexus, su apuesta en dispositivos (móvil y tablet).
En cuanto a música se refiere, con su tienda online Google busca destronar al iTunes de Apple en lo que a descargas se refiere. La tienda parece la misma, con la supuesta diferencia de eliminar la figura del aggregator, utilizada por iTunes, como intermediario con el proveedor del contenido, democratizando así la capacidad de vender música en Google Play, desde la disquera más poderosa al artista más pequeño. De esta forma, el gran diferencial de Google en el apartado musical es su intención de aplicar a su Music Store el mismo modelo long tail que aplicó a Youtube, y que iTunes tergiversó con sus intermediarios.
En cuanto a Cine se refiere, Google ofrece venta y alquiler de películas a un precio aparentemente competitivo, trasladando a Europa el Amazon VOD o ahora llamado Instant Video, que tanto éxito tiene en E.E.U.U. tanto para consumidores como para proveedores de contenido (productoras, distribuidoras). Modelos de negocio viables y de éxito como éste amplían las posibilidades de acceso al contenido y revolucionan la manera de consumirlo. Con ellos las ventanas de explotación empiezan a tambalearse, fundamentando un cambio de modelo. Son además, la mejor manera de combatir la piratería, desincentivándola.
Vivimos en la sociedad de la información, pues es la información El Dorado del siglo XXI, y Google más que nadie juega al juego, lo explota y lo alimenta. Para poder disfrutar de cualquier servicio de Google Play se necesita una cuenta de Google, y para ello habrá de consentir y aceptar expresamente cada uno de sus complejos términos y condiciones, avisos y políticas, generales y particulares. Como decíamos al principio, Google Play es la última (por reciente) pieza de Google para su integración de servicios.
Apple, Amazon y Netflix, entre otros, son muchos rivales a batir, veremos si el gigante puede con ellos en su política global por ser omnipotente en internet y en casa. Si acaso aún son diferenciables.
