Siempre se dice que uno de los valores que más cotizan a la hora de seleccionar un profesional es su versatilidad, su flexibilidad y la capacidad de trabajar en equipo. Ello aúna no sólo competencias intelectuales y profesionales, sino también de carácter. Es muy complicado trabajar con un cascarrabias, ya que, yendo a la práctica, se le evita, y se le deja cada vez más sólo. Ya hemos dicho alguna vez que la crisis es, aparte de un drama, una oportunidad de cambio. Hoy animaremos al cambio de carácter y a la posibilidad de modificar el target profesional: no sólo mercantilista, no sólo procesalista, no sólo laboralista.
Ayer decíamos que la crisis había potenciado ciertos sectores de la abogacía, sobre todo los relacionados con modificación de plantillas, de estructuras de empresa e impagos.
Siguiendo con el argumento, damos un paso adelante: hay que ser flexibles. No sólo como virtud humana, sino también porque genera riqueza -puesto de trabajo que no desaparece-, ahorro de tiempo -el empresario no tiene que buscar a otra persona adecuada para la nueva coyuntura-, y evidentemente, el abogado no se va al paro. También hay que desterrar el orgullo, pocas cosas son tan inútiles como un orgulloso en una plantilla.
Un abogado que ve que su materia va a la baja, ha de cambiar de área, ampliar el espectro de trabajo. Desde el Colegio de Abogados de Alcalá de Henares se destaca, por ejemplo, el aumento de entrada de asuntos en los despachos relacionados con el derecho penal: "estos despachos se han visto desbordados por la cantidad de asuntos que están recibiendo relacionados con delitos de estafa, hurto, robo con fuerza… por decir algunos y que suelen ser los más frecuentes en una situación de crisis".
El número de abril de la Revista del CGAE nos ofrece más declaraciones interesantes en este sentido: Silvia Duato, diputada del Colegio de Abogados de Zaragoza, observa que hay ámbitos en los que la litigiosidad ha disminuido, pero se abren, a la vez, posibilidades más amplias en otros, anejos. Duato afirma que "cuando se tienen menos recursos, resulta más complicado divorciarse y por lo tanto diminuyen las demandas de familia, pero también surgen nuevas modificaciones de medidas definitivas, porque es complicado estar en el paro y seguir pagando la misma pensión por alimentos".
Otro área que ha subido en esta época es la laboral, ya que el nivel de conflictividad en este ámbito se ha visto incrementado de manera notable, y son numerosos los ERE, los conflictos individuales de los trabajadores, y el paso de trabajadores por cuenta ajena a cuenta propia, si cambiar de empresa, los llamados "falsos autónomos".
Por ello, merece la pena indagar qué áreas están viviendo una primavera, estudiar, ser flexible, y dedicarse ella. Las crisis no son eternas, lo dicen las leyes de la lógica y de la economía, y siempre se puede salir más formado y preparado. Renovarse, o morir.
