El Secretario de Estado para la Unión Europea, Diego López Garrido, insistió ayer que en el futuro Pacto europeo de inmigración que está preparando Francia para presentar al resto de los socios comunitarios en el semestre de la presidencia gala no debe figurar el contrato obligatorio de integración.
"Estamos hablando con Francia y aún no hay un texto definitivo, pero nuestra posición es muy clara: el contrato de inmigración no tiene por qué figurar en un texto", sentenció López Garrido en declaraciones a la prensa en París tras mantener una reunión de trabajo en el ministerio francés de Ultramar sobre las regiones ultraperiféricas de la UE.
A su juicio, es "absolutamente rígido" que aparezca en un texto destinado a los 27 Estados miembros una figura jurídica así. "Coincidimos en que es esencial la política de integración de la inmigración pero corresponde a cada país decidirlo. Por lo tanto –reiteró– nuestra posición es muy clara. No tiene por qué figurar en el texto".
El ministro francés de Inmigración, Brice Hortefeux, considera posible resolver las diferencias con España respecto al contrato de integración, al que se ha referido como "un pequeño, pequeño, pequeño punto de detalle" de la propuesta del pacto europeo, tal y como declaró la semana pasada en Luxemburgo.
Hortefeux, quien abordará esta cuestión con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, este jueves en Madrid, daba a entender con estas declaraciones que Francia podría suprimir o modificar esta alusión al contrato de integración para posibilitar el acuerdo con España.
López Garrido se reunió el pasado tres de junio en París con su colega francés, Jean Pierre Jouyet, para ir perfilando la propuesta para el pacto europeo de inmigración. Entonces, aseguró que los dos países coinciden en que la inmigración tiene que abordarse como "fenómeno positivo" que necesita una política europea común y se mostró convencido de que las diferencias que pueda haber en la redacción de los textos se superarían.
España también rechaza la idea francesa de incluir en el pacto un rechazo explícito a las regularizaciones masivas de inmigrantes, aun cuando sostiene que la llevada a cabo en España en 2005 fue más bien una 'normalización' motivada por una situación excepcional.
España y Francia quieren llegar a un acuerdo en esta materia para presentar una propuesta conjunta al Consejo europeo de octubre, acuerdo que podría terminar de perfilarse en la reunión bilateral que celebrarán en Zaragoza el próximo 27 de junio y que estará dedicada a la cooperación transfronteriza.