Sabemos bien cómo son los abogados de despacho profesional, y más o menos los perfiles que hay en despachos grandes, pequeños y medianos. También tenemos presente a su personal auxiliar –secretarias, asesores fiscales, empleados, gestores documentales, etc.- Pero, ¿y los abogados que van con el cliente puesto?, ¿cómo son los abogados de empresa? Hildebrandt ha echado un vistazo a los in house y ésta es la radiografía.
A estas alturas de rodaje del portal, ha quedado expuesto repetidas veces que la diversidad de tipos de abogados es muy amplia. Los in house son, si cabe, aún más variados. De todos modos, Hildebrant ha sacado un perfil tipo, que se ceñiría aproximadamente a estos aspectos:
Rango dentro de la empresa: la mayoría de los abogados ocupan un nivel medio. Según una encuesta de Hildebrandt, el departamento jurídico típico -en un 76 por ciento de los casos- se compone de un experto, un asesor jurídico, y el personal del departamento.
Años de experiencia: la mayoría de Hildebrandt tienen entre 11-15 años de antigüedad en la profesión.
Áreas de práctica: la mayoría de los abogados in house (79,5 %) son generalistas. Le siguen Corporate en un 20,5 por ciento, procesalistas en un 14,3 por ciento, mercantilistas en un 13,9 por ciento y especialistas en Propiedad Intelectual en un 10,3 %.
¿Cómo se desenvuelven? Éstos son los datos que han salido:
Son comunicadores eficaces: el abogado de empresa generalmente puede entender y verbalizar las necesidades de la compañía, el papel del personal interno, y los servicios que hay que solicitar a asesoría jurídica externa. Son interlocutores del equipo de ventas, Recursos Humanos o del equipo informático, así que en su mente coordina a la vez aspectos como cumplimiento de objetivos, responsabilidad y confidencialidad.
Hacen constante análisis costo-beneficio: una cuestión clave que valoran es si
un asunto se lleva desde dentro o se contrata una asesoría legal externa puntualmente. Un buen in-house sabrá cuándo
compensa ahorrar en un asunto y cuándo vale la pena programar un gasto extra
como es acudir a un despacho (con la inversión de tiempo aneja).
Son artistas de las reuniones: muchos in house pasan la mayor parte del tiempo viendo gente externa a la empresa, hablando por teléfono o negociando; para luego dar el feed back al empresario.
Multitarea: el abogado interno tiene que ser capaz de supervisar y gestionar la tramitación de muchos asuntos sobre varios temas de las diferentes ramas del negocio.