Primero era una idea, luego comenzó a afianzarse allende nuestras fronteras, y ahora hay muchas empresas que ofrecen despachos de quita y pon. ¿Su despacho está en Valladolid, y le ha salido un cliente en Barcelona –por ejemplo- ? puede alquilar, durante equis tiempo, todo lo necesario para funcionar como si estuviese en su sede habitual. Horas, días, o meses. Después, se va usted…y aquí no ha pasado nada.
Los costes fijos se han convertido en un enemigo a batir. Rentas, Seguridad Social, salarios, facturas telefónicas, son chuzos de punta en un momento en que hay que reducirlos.
La necesidad, además, de movilidad geográfica y no asustarse por tener que desplazarse de una provincia a otra para atender un pleito se ha impuesto sin pedir permiso. En este panorama, el cliente no está dispuesto a disminuir sus exigencias de obtener un servicio de calidad. Y precisamente en este panorama, los despachos virtuales, con un abanico inmenso de posibles combinaciones de servicios, están tomando auge.
Trasladarse a otra ciudad con una oficina virtual, da un plus de imagen y estabilidad. El despacho dispondrá, en el acto, de la plataforma completa de la que goza en casa.
Varias empresas que ofrecen estos despachos incluyen el "telesecretariado", que se centra en la atención telefónica y la gestión de la agenda. A través de un acceso remoto por Internet, el arrendatario tiene continuo acceso a su planning.
…y hay todo tipo de precios.
