El pasado 14 de octubre se celebró en el Congreso de los Diputados la presentación de las Memorias de José Luis Ruiz-Navarro Gimeno (1925-2001), que desempeñó un papel relevante en la Transición.
A principios de los años 60 del siglo pasado fundó con otros compañeros la Asociación Española de Cooperación Europea. Participó en junio de 1962 en el Congreso del Movimiento Europeo, el llamado "Contubernio de Munich" que, por primera vez después de la Guerra Civil, concordó a la oposición política al Régimen expresando su deseo de que España estableciera unas instituciones democráticas que representaran a los ciudadanos y así integrarse en Europa. Por su participación en Munich, José Luis Ruiz-Navarro fue desterrado a la isla canaria de El Hierro. En los últimos años del franquismo, formó parte de iniciativas como Fedisa y Tácito. En 1977 fue elegido diputado de la Unión de Centro Democrático por Madrid, participando activamente en la elaboración de la Constitución de 1978. José Luis fue reelegido diputado en la I y II Legislaturas.
Intervinieron en este acto, su hijo José Luis Ruiz-Navarro Pinar, Letrado de las Cortes, Luis Cazorla, Catedrático de Derecho Financiero y Letrado de las Cortes, Juan Carlos Guerra Zunzunegui, Exvicepresidente del Senado y exdiputado, Josep Sanchez Llibre, Portavoz adjunto del Grupo Catalán de Convergencia y de Inió, Trinidad Jimenez, Ministra de Sanidad y Asuntos Exteriores, y diputada, Fernando Alvarez de Miranda, Expresidente del Congreso de los Diputados, Victor Calvo Sotelo, Secretario de Estado de Telecomunicaciones, Pedro Morenés, Ministro de Defensa y Jesús Posadas, Presidente del Congreso. El acto tenía como fin resaltar los valores de concordia de la Transición y en particular de uno de sus protagonistas como fue Jose Luis Ruiz Navarro que, como dijo, Pedro Morenés quedará siempre en el recuerdo como un hombre tolerante y comprometido y un referente para todos los españoles, tanto para los que vivimos aquellos años y que parece que algunos lo han olvidado como para la juventud que también parece dar por supuesta la convivencia y la libertad.
Señor Presidente,
Señoras y Señores Diputados,
Queridos amigos.
Mis primeras palabras tienen que ser de agradecimiento al Congreso de los Diputados y a su Presidente por hacerme el honor de participar en este acto de presentación de estas Memorias sobre José Luis Ruiz Navarro.
Lo cierto es que cuando José Luis, su hijo me propuso intervenir para presentar un libro que había coordinado sobre su padre no tuve duda en decirle que sí, no solo por la amistad que nos une, sino por convicción, pues me considero un firme defensor de los valores que inspiraron el periodo de la Transición, valores de los que debemos sentirnos orgullosos como españoles.
Una de las grandes satisfacciones que me ha producido la lectura del libro que hoy presentamos, ha sido haber conocido a José Luis Ruiz-Navarro, no personalmente, que no le traté, sino a través de tu hijo y sobre todo de sus escritos y de su trayectoria pública antes y durante la Transición y los primeros años de la democracia.
Y es que la generación de la Transición tuvo el valor de hacer frente a su responsabilidad y comprometerse de manera generosa con lo que España necesitaba en aquel momento histórico.
José Luis Ruiz-Navarro formó parte de esa generación de la Transición en la que desempeñó un papel relevante, como Diputado nacional.
Cada momento histórico tiene sus actores y circunstancias y la Transición tuvo en José Luis Ruiz Navarro, como en muchas otras personalidades que están hoy en esta Sala acompañándonos, a uno de sus protagonistas.
En reconocimiento a su larga trayectoria de servicio público hoy le rendimos homenaje con la publicación de estas Memorias.
El mejor legado que la Transición ha dejado a la sociedad española ha sido la Constitución de 1978 en la que participó José Luis como Diputado por Madrid en las Cortes Constituyentes.
La Constitución supuso una profunda transformación política de nuestro país, estableciendo un sistema institucional democrático y un régimen de libertades igual para todos los españoles.
Con ocasión de intervenir en este acto -pues los Ministros también trabajamos y preparamos nuestras intervenciones- cayó en mis manos un texto escrito por los siete Ponentes Constitucionales sobre el significado que representó la Constitución en aquellos años primeros años de la democracia.
"Su éxito -dice uno de ellos- consistió en superar el antagonismo entre los españoles, en certificar la caducidad de aquel estereotipo de una España dividida. Ese pacto integrador no podía ser si no un pacto global, alcanzado entre todos los españoles, con intención de dar solución al conjunto de problemas que nos habían impedido compartir un proyecto de convivencia".
"Pudimos hacer la Constitución de la concordia porque previamente estábamos ya concordes. Pudimos hacer la Constitución de la reconciliación porque previamente nos habíamos ya reconciliado".
Y es que, efectivamente, para que triunfara aquella reforma política, fue imprescindible que tuviera como objetivo la concordia nacional, sino hubiera sido una reforma baldía.
Esta lección la aprendieron muy bien los protagonistas de la Transición y ahora no debemos olvidarla.
Han transcurrido casi cuatro décadas desde que se produjeron aquellos hechos que conformaron lo que venimos llamando la Transición política y como ha dicho José Luis en su intervención casi las dos terceras partes de los españoles de hoy no habían nacido en aquel entonces.
La Historia de los pueblos como las biografías de sus prohombres no debe ser olvidada por las jóvenes generaciones.
Debemos un reconocimiento a aquellos que como José Luis Ruiz Navarro contribuyeron a establecer el régimen democrático del que hoy gozamos, porque constituyen una enseñanza para todos los españoles, tanto para los que vivimos aquellos años y que parece que algunos lo han olvidado como para la juventud que también parece dar por supuesta la convivencia y la libertad.
Jesús Posadas, presidente del Congreso de los Diputados
