Leo en Expansión que los despachos han tomado y tomarán algunas medidas para capear el temporal. Viendo el listado, reflexiono sobre los efectos de las medidas a corto plazo dentro la estrategia del despacho.
Entre alguna de las medidas destaca controlar los gastos generales, reajustar áreas de práctica moviendo abogados y reducir gastos de representación.
Además, proponen instar a los abogados a tener una actitud más comercial, y en último lugar aparece el temido asunto de los despidos.
En mi opinión, en estos momentos lo que se necesita es una estrategia clara. Las medidas de acción-reacción son buenas a corto plazo (son más aparentes, mejor dicho), pero a medio plazo yo confío más en una buena estrategia. Es evidente que el momento es difícil, pero algo de autocrítica puede ayudar, ya que el sistema que se había configurado en los años de bonanza no era perfecto.
Si el anterior sistema se hubiera configurado con una estrategia estudiada, se hubiera previsto que la fiesta no podía durar toda la vida, y ahora no habría tantas lamentaciones acerca de estructuras sobredimensionadas y alquileres desorbitados. Si a toro pasado vemos que hubiera sido preferible definir una estrategia clara frente a las decisiones tomadas en función de los resultados del mes, no deberíamos repetir ahora el error.
¿Es sostenible el margen que han tenido muchos despachos? ¿La productividad de cada uno de los niveles era la mejor? ¿La ratio de apalancamiento era correcta? ¿Las retribuciones recibidas en los más altos niveles es sostenible?
Si algo tiene el sector jurídico español es diversidad, así que en cada contexto (en función del tamaño del despacho) las respuestas serán diferentes, pero creo que las reflexiones que tienen que hacer los abogados son las mismas.
Volver a configurar una estrategia clara ahora puede ser un acierto, porque está claro que el sector, cuando pase el temporal, no será el mismo, y las estrategias pasadas no servirán para los tiempos futuros. Ir tomando medidas en función de los resultados a corto es permitir que el entorno dibuje nuestra estrategia, y, sin negar que hay que tomar medidas, creo que éstas deben formar parte de una estrategia a medio plazo.
Como suelo decir a los directores de los despachos con los que trabajo, prefiero que tengan claro lo que no tienen que hacer a lo que tienen que hacer. Lo segundo tiene remedio, lo primero no.
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