Future Ed 3 no es la tercera entrega de una película de ciencia ficción, es el título de la conferencia celebrada en Nueva York el 15 y 16 de abril por Harvard Law School y New York Law School, sobre el futuro de la formación en Derecho en EE.UU. en la que se reunieron profesores de escuelas de Derecho para debatir, como dijo en decano de New York Law School, sobre «cómo hacer mejores abogados más rápido y con menos coste». La formación de abogados es uno de los temas que me gustaría comentar en este blog y esta conferencia es un buen reflejo de lo que está pasando en un mercado tan relevante para los abogados como es el de EE.UU. David WilKins, de Harvard Law School señaló cómo se han producido muchos cambios en la profesión de la abogacía y ningún cambio en la formación de los abogados.

La estructura de la conferencia,
original no solo en su contenido sino
en su formato, consistía en que cada
equipo presentó una propuesta de
inversión de 1.000.000 $ en un proyecto
innovador para una escuela de
Derecho; desde un año de enseñanza
experimental (a través de simulaciones,
seminarios y talleres de práctica
profesional) hasta juegos multimedia
o programas online. Los participantes
votaban en qué proyecto invertirían
su 1.000.000 $ teniendo en
cuenta la efectividad del proyecto y
la rentabilidad.
Algunas de las claves de los debates
fueron (i) que las escuelas tienen
que cambiar porque lo ha hecho
la profesión de la abogacía, (ii) que
la fuerte competencia entre escuelas
por profesores y alumnos tiene
que ir acompañada de cooperación
entre las mismas (surgieron preguntas
como con quién hay que trabajar
y de qué manera) y, (iii) que existe
la necesidad de formar abogados
para la práctica profesional de la
abogacía (hay que formar profesores
y preparar materiales para ello),
en particular preparar para ejercer
la abogacía global en tiempos de
crisis (hay que enseñar a trabajar en
equipo y a ser emprendedor).
Como prueba de la multidisciplinaridad
que nos rodea y de cómo tenemos
que aprender de lo que pasa
en otros sectores, una de las charlas
más interesantes fue la de Richard
K. Miller, presidente de Olin College
of Engineering, que contó cómo en
su innovadora escuela de ingeniería
han logrado motivar al máximo
a los alumnos y sacar a profesores
y alumnos de las aulas para desarrollar
una enseñanza más práctica.
Una de las preocupaciones que se
comentó con frecuencia es la de cómo
aunar los objetivos de dar respuestas
a las necesidades del mercado de la
abogacía con el de formar abogados
que jueguen un papel relevante en la
sociedad.
Las escuelas de Derecho de EEUU
reconocen que tienen que cambiar,
y existe una clara necesidad de formar
más rápido y por menos dinero.
Lo demanda la sociedad, que se
queja de los precios tan elevados de
sus programas; lo dicen los contratadores,
que no quieren pagar sueldos
tan altos a los abogados junior
de manera que estos no pueden
luego devolver los prestamos con
los que pagaron a las universidades,
y lo dicen los alumnos, EE.UU.
que no están dispuestos a seguir
pagando estas tasas.
James H. Shelton III (Assitant
Deputy Secretary for Innovation
and Improvement US Department
of Education), hizo un discurso de
clausura tan impresionante como
su cargo, en el que comentó:
- que el sector de la abogacía esta cansado de tener que formar a los abogados que contrataba recién salidos de las escuelas de Derecho en las que no les habían enseñando a trabajar como abogados; que los consumidores de escuelas de Derecho (los estudiantes) están cansados de pagar unas matrículas tan caras si luego no iban a poder recuperar su inversión; y que el gobierno esta cansado de la situación. Exigió a las escuelas que enseñen basándose en la ciencia de la enseñanza, siguiendo informes como el Carnegie Report y de una manera más creativa, y que dejen de enseñar basándose en lo que unos cuantos profesores consideran las mejores experiencias.
- que parte de la enseñanza del Derecho será un commodity que se trata ahora de ver cuánto valor puede tener la otra parte.
- Para preocupación de muchos de los asistentes dijo que la marca USA en educación superior tenía un gran valor pero que ahora otros países importarían y exportarían formación en Derecho a mejor precio y de buena calidad. Esto supone una gran amenaza para la comunidad de escuelas de Derecho que estaban presentes, a pesar de que él quiso ver también ahí una oportunidad. Para terminar me gustaría lanzar unas preguntas: ¿Existe en Europa y en particular en España una preocupación común por el futuro de la formación de abogados? ¿Quien está pensando en esto? ¿Nos vemos reflejados en lo que pasa en EE.UU.? Es un mercado diferente al nuestro, pero en muchas cosas es un referente para Europa. ¡Muchas gracias a New York Law School y a Harvard Law School por esta iniciativa que nos invita a reflexionar sobre el futuro de la formación de abogados en España!