Cuando hablamos de blockchain o cadena de bloques, hablamos de seguridad en la información, tanto en su veracidad como en su conservación.
Es una tecnología que funciona como un libro de registro, donde cada vez que se hace una transacción entre usuarios que pertenecen a una misma red, se inscribe esa información en un bloque, que se distribuye a su vez entre todos los usuarios. Es decir, no se registran las transacciones en un registro centralizado, sino que es una base de datos que se reparte entre todos los nodos o usuarios.
Su característica principal, que la distingue de otro tipo de tecnología, es que la información que en ella se recoge no puede ser falsificada, ya que cada transacción se inscribe en un bloque dependiendiente cada uno de ellos del anterior, de ahí su propio nombre de cadena. Es decir, todos los dispositivos participantes en la red tienen acceso a la información, asegurando que la información se registra una sola vez, evitando la duplicidad.
Si un bloque se falsificara, la cadena dejaría de funcionar y con ello la red, de ahí su indivisibilidad. Es por ello, por lo que mientras un usuario o nodo de la red conserve la información de la base de datos, la información no se perderá.
A ello hay que añadir que cada transacción está encriptada, lo que le otorga mayor seguridad. Además, la mayoría de los usuarios de la red tienen que verificar la información antes de registrarla en el bloque, por lo que es prácticamente imposible de hackear.
Respecto a las transacciones, se puede registrar cualquier tipo de información, aunque mayoritariamente se utiliza para registrar información sobre transacciones de criptomonedas, propiedad de NFT (certificados digitales) o contratos inteligentes (contrato que se ejecuta por sí mismo sin que intervengan terceros).
Actualmente la red más extensa que está utilizando esta tecnología es la de la criptomoneda Bitcoin.
2. Aplicaciones sectoriales de la tecnología Blockchain
El sector donde más auge ha alcanzado es sin duda en el financiero, y ello no sólo por la aparición de las criptomonedas sino también por las ventajas que puede tener el mantener un sistema de registros sin la participación de intermediarios. Además, el blockchain permitiría a una sociedad aportar un historial de solvencia, lo que le facilitaría una posible financiación de terceros, y a estos, tener conocimiento de si su cliente es o no solvente.
Como decíamos, el hecho de que se pueda registrar cualquier tipo de información permite aplicarlo a cualquier sector o negocio que requiera de envío de información entre partes desconocidas que, sin motivo para confiar una en la otra, optan por usar este tipo de base de datos para asegurarse de que la información que se va a trasmitir va a ser cien por cien fiable, como podría ser, a modo de ejemplo, un contrato.
También encuentra su utilidad en pagos periódicos, al quedar todos y cada uno de ellos debidamente inscritos en cada bloque; en registros de contabilidad, con el que evitaremos que se dupliquen facturas o conceptos; así como compra de materiales, envío de nóminas o currículums, entre otros. En definitiva, todo lo que conlleve automatizar procesos, ahorrando con ello tiempo y dinero, que se desarrollarán, previsiblemente en smart contracts.
3. ¿Qué es la Blockchain Arbitration Society (BAS)?
Se trata de una asociación que se encarga de resolver los conflictos privados que puedan surgir entre los usuarios pertenecientes a una red blockchain. Es considerada como la primera jurisdicción virtual del mundo. Cuenta con más de cincuenta de empresas asociadas que otorgan legalidad a las relaciones jurídicas y mercantilesque surgen en el entorno blockchain en relación con las criptomonedas.
El pasado día 10 de noviembre de 2021, su Corte Arbitral emitió su primer laudo, en relación con una transacción de criptomonedas (en este caso bamboos). Según el actor, había aportado liquidez a una pool (que es un conjunto de mineros que se dedican a minar bloques de blockchain a cambio de beneficios, que suele ser criptomonedas, que se reparten de forma equitativa), pero, pese a haber recibido ésta rewards o beneficio por ese trabajo de minería, el actor no había obtenido recibido ningún bamboo.
Sin embargo, la demandada, Bamboo Defi, indica que los mencionados bamboos objeto de discusión le fueron remitidos al actor desde un contrato inteligente a la ‘wallet’ (que es una especie de cuenta bancaria en la red blockchain), del actor.
En cuanto a las pruebas, entre otras, el actor aportó fotos y videos de las ganancias anunciadas y la demandada aportó los movimientos de BSCSCAN (Binance Smart Chain).
El Tribunal determinó tras verificar la transacción de los rewards en la cadena de bloques, que constaba acreditado que el actor percibió en su wallet los bamboos que son objeto de este pleito, y que el protocolo de Bamboo Defi actuó correctamente. Dota de veracidad absoluta «que ninguna de las partes puede alterar» al buscador BSCSCAN, condenando en costas al actor.
Desde la petición del actor hasta la resolución sólo pasaron siete días, por lo que nos encontramos ante un procedimiento rápido, donde los árbitros están especializados en la tecnología blockchain y en las criptomonedas, motivo por el que se entiende que todos los conflictos que se generen en este ámbito no pueden ser resueltos, de momento, en los juzgados ordinarios.
Y es que, el hecho de que todo quede tan registrado y que revista de una veracidad intocable provoca que no se requiera de un procedimiento tan largo, donde en un procedimiento ordinario necesitaríamos de un informe pericial de un técnico especialista en la materia que explicase a un tribunal qué es lo que ha ocurrido. De ahí la necesidad de resolver estos conflictos en sede arbitral con base en la equidad, sobre todo cuando ni siquiera existe normativa jurídica en nuestro derecho positivo para este tipo de tecnología.
