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25/04/2024. 05:54:13

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Cacotanasia: o todos contra el trabajador mayor

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

Para un "liberal", nombre vergonzante tras el que se ocultan los capitalista del S. XXI, el ser humano sigue siendo sólo "fuerza de trabajo". Su utilidad es la de hacer ricos a sus patronos y ser reproductor de la "clase trabajadora" en cantidad suficiente para que haya excedentes que permitan rebajar el salario al de subsistencia. Lo dijo A. Smith: el salario debe ser suficiente para que no se extinga la raza trabajadora.

Para un socialista el ser humano es el principio y fin de su afán. La naturaleza, de la que es parte, está a su servicio; no al revés. El fin de nuestra actividad es la felicidad del individuo a través del mantenimiento de la especie. Si no se mantiene ésta, el individuo, zoon politikon, es decir, el hombre ciudadano, se extingue.

El trabajo tiene dos objetivos que son, por orden de aparición en escena: primero subsistir; segundo, disfrutar en este valle de oportunidades, aunque algunos se empeñan – ¡y vaya si lo consiguen! – convertirlo en un valle de lágrimas.

Nuestra Constitución es más próxima a la postura de disfrutar; las leyes que NO la desarrollan, fraude mediante, apoyan el atropello. Es el viejo cinismo de  Romanones: "que mis enemigos hagan las leyes y yo los reglamentos".

El art. 35.1 de la CE dice que "Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo…". Que no se cumple el primer requisito es claro; el número de mangantes y corruptos que prosperan en España sin dar un palo al agua es lacerante.

Lo que no se puede admitir es que, además de no exigir esta obligación – algo que se podría tolerar – el Gobierno impida el ejercicio del Derecho al Trabajo al obligar a la jubilación del trabajador por cuenta ajena, legalizando el acuerdo de los Sindicatos con los patronos, para limitar el derecho al trabajo, art. 37.1. Un derecho constitucional que no se puede limitar, ni legitimar por acuerdo entre "pastores", es nulo de pleno derecho la muerte inconstitucional de la "oveja": el derecho del ciudadano;

La obligatoriedad de la jubilación a los 70 años que discrimina por "… causa personal o social..." está prohibida en el art. 14 de la CE. Nada hay más personal y, a la vez, más social que la edad. Prohibir que una persona ejerza su trabajo por tener cierta edad – no importa cuál – es un  atropello constitucional en el que, más aun, se suplanta la voluntad del ciudadano trabajador que quiere seguir trabajando.

Este derecho lo refuerza el art. 23.1 de la CE que habla del "…derecho a la tutela efectiva [no a la metafísica] de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos…". Que es un derecho lo dice el art. 35.1; que es su interés legítimo, pues con su ejercicio no priva a nadie de ningún derecho igual o superior, lo decide el interesado.

Esto es un acto de cacotanasia. Es feo, kakos, matar, tanatos, aunque sólo sea laboralmente, a las personas mayores impidiendo su realización personal a través de la actividad remunerada. Lo dice el art. 10.1 CE: "La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes [uno de los cuales es el derecho al trabajo], el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social". Atentar contra sus derechos inherentes es un atentado contra la paz social; algo inconstitucional.

Algunas personas, no se si con más o menos necedad que malicia, fomentan el enfrentamiento laboral y justifican ese atropello con el art. 48 de la CE: Los poderes públicos promoverán las condiciones para la participación libre y eficaz de la juventud en el desarrollo político, social, económico y cultural. Si no se echa a los trabajadores mayores, los más jóvenes no puede empezar a trabajar.

Este argumento descansa en un hecho falso: que la cantidad de trabajo es escasa. No es cierto; sólo está mal distribuida por mantener una jornada laboral excesiva para la eficiencia tecnológica de nuestra sociedad. Es algo fácil de comprender.

En una sociedad tecnológicamente primitiva, con baja eficiencia laboral, es el caso de tantos países, ni trabajando 12 h/día la gente consigue lo bastante para mantenerse dignamente. En 1960 nuestra mayor eficiencia tecnológica permitió progresar trabajando 40 h/semana. En 2009 se podría progresar más trabajando 24 h/semana dada la actual eficiencia. La cuestión es redistribuir la riqueza del trabajo, plusvalías incluidas con las que se quedan quienes quieren jornadas laborales excesivas.

Limitar los ingresos de un trabajador para que los tenga otro es un latrocinio, por legalizado que esté. La constitución no lo permite. Son las plusvalías, no los salarios, lo que hay que repartir con equidad. Que se atropello discriminadamente a los trabajadores intelectuales, da vergüenza ajena por acumular dos discriminaciones.

Si un propietario de un terreno que lo trabaja plantando cebollinos quiere seguir trabajando hasta el fin de sus días puede hacerlo. Nadie le obliga a dejar de trabajar para que otro trabajador puede cultivar su propio campo sin la competencia de su presencia en el mercado en el que, ¿se supone?, no caben ambos pues no hay trabajo para todos.

            Ante este hecho los cacotanáticos esgrimen el art. 33.1 "Se reconoce el derecho a la propiedad privada y la herencia". La protección constitucional de la propiedad es la misma que la protección constitucional del derecho al trabajo, art. 35.1, del que se priva al empleado, público o privado, que quiere trabajar con más de 70 años.

El agricultor propietario reinvirtió todos sus beneficios durante toda su vida laboral en su terreno privado: su finca. El trabajador intelectual reinvirtió todos su beneficios durante su vida laboral en su terreno privado: su finca que es su cerebro. Se pretende que lo deje yermo a partir de los 70 años. Pero se protege al agricultor para que no deje yerma su finca y se beneficie de su inversión en la tierra, mientras quiera.

Este viejo desprecio al trabajador al servicio del propietario es la esencia del "liberalismo". Esa prohibición a su desarrollo como persona es tan clara como la opuesta  y decidida protección a su desarrollo como propietario.

Un primo de mi padre, labrador minifundista en Galicia, a quien nunca hubiera  calificado de "rico", dijo una vez refiriéndose a un tercero: "ése es pobre". Sorprendido por la violencia del calificativo, me lo aclaró sin darse cuenta: "no es propietario", añadió. En ésas estamos. Un trabajador por cuenta ajena es un pobre: ¡a por él!.

Ese "democrático reparto del trabajo" lo es de la riqueza ajena. Lo piden quienes no reparten la otra riqueza , la suya: las plusvalías; ni siquiera quieren pagar los impuestos sobre beneficios. Con descaro, alegan, en un burdo intento de engañar, y siempre engañan a los simples, que Merkel va a bajar los impuestos en Alemania.

Su dolo es que saben que después de bajarlos la carga impositiva en Alemania será mayor que la que hay en España. Si aplauden lo que hace Merkel debieran apoyar al Presidente, Sr. Zapatero, hasta pagar impuestos como en Alemania. Pero sólo quieren encizañar; crear conflictos falsos entre trabajadores jóvenes y mayores. Los jóvenes son más fácil de explotar y se lo tragan todo.

Los trabajadores de menor nivel cobran lo mismo, a veces más, al jubilarse.

Los trabajadores intelectuales, titulados superiores, tienen un tope ¡de solidaridad!(¿). Su nivel adquisitivo se reduce hasta el 50 % de su último salario.

Ésa es la solidaridad sindical. Ésa la valoración del esfuerzo, mérito y capacidad.

El atropello a esta clase media, la más culta y eficiente del país, aumenta año tras año al crecer la esperanza de vida. Durante más años se les privará del derecho a su realización personal por el trabajo obligándoles a vivir con recursos menguados gracias a una ley inconstitucional que los sindicatos antiintelectuales apoyan.¡Pura cacotanasia!.

Lo increíble es que hasta han conseguido enredar al Tribunal Constitucional.

¿Tendremos que seguir esperando a Godot o le habrán dejado sentarse ya en el Tribunal de Justicia de la Comunidades Europeas?.

Habrá que averiguarlo

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