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20/04/2024. 12:57:43

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Consentimiento informado

Departamento Penal de Ceca Magán Abogados

Victor Machado Carvajal,

La expresión de consentimiento informado está cada vez más extendida en nuestra sociedad, a raíz de la regulación de las relaciones médico – paciente; y de los derechos que estos últimos ostentan para la protección de su salud e integridad física. Estos vocablos (consentimiento informado) son proclamados a voces por asociaciones defensoras de los derechos del paciente, medios de comunicación, y entre otras, facultades de ciencias sanitarias; que con ahínco tratan de infundir conceptos jurídicos para promover las prácticas deontológicas que estos profesionales se verán obligados a respetar en virtud de sus responsabilidades profesionales.

En la actualidad, por tanto, los pacientes estamos cada vez más habituados al empleo de esa terminología y, consiguientemente, con el elenco de derechos y obligaciones que se deriva de ese estatuto protector. Estatuto que blinda a los pacientes de la mala praxis médica y, a su vez, a los profesionales de la Medicina de las infundadas reclamaciones efectuadas por algunos pacientes que -movidos por el son del "pelotazo indemnizatorio"- denuncian por denunciar.

Pero, no es mi intención (ahora) la de esbozar en este artículo las complejas relaciones y consecuencias (derechos y obligaciones) que de la relación médico – paciente se desprenden a consecuencia del consentimiento informado; sino la de trasladar este concepto a la esfera de las relaciones abogado – cliente.

¿Por qué digo esto? Porque, si bien es cierto que en el ámbito sanitario y en el jurídico los pacientes y los clientes, respectivamente, gozan de un estatuto legal informador que les protege frente a situaciones desconocidas que pueden afectar a sus derechos (por ejemplo: sometimiento por parte del paciente a una intervención quirúrgica de vida o muerte y decisión para el cliente de recurrir una resolución referente a su libertad); en la esfera jurídica, algunos clientes sumidos en la más absoluta desinformación ven como el discurrir de sus pretensiones queda al albur de las decisiones adoptadas unilateralmente por el letrado.

Ciertamente, se produce en estos supuestos una colisión entre dos intereses; a saber, a) el derecho del cliente a estar informado del devenir del procedimiento y de las consecuencias que afectan a sus intereses, y, b) el derecho del abogado a actuar independientemente en el ejercicio de sus funciones. Sin embargo, ese choque entre derechos no debe interpretarse necesariamente como una confrontación real. Personalmente, soy de la postura de que un abogado debe actuar independientemente, sin necesidad de informar a su cliente de la totalidad de las decisiones que va a adoptar en su beneficio; y que con ello no vulnere el derecho del cliente a estar informado. Lo contrario, además de innecesario, resultaría inoperativo para el letrado.

No obstante lo anterior, si bien recomiendo no pecar de exceso (informar por informar) tampoco recomiendo lo contrario (dejar de informar o ni si quiera informar). Es precisamente, este último aspecto (la desinformación o el "fenómeno del autismo" del abogado hacia el cliente), una de las mayores quejas plasmadas por los ciudadanos en las encuestas publicadas de insatisfacción con los servicios profesionales prestados por abogados.

Ciertamente, el consentimiento informado en el plano médico ha supuesto todo un avance y una victoria de los derechos de los pacientes. Otros sectores, como el nuestro, -en el que no olvidemos también jugamos con bienes jurídicos de la persona igual de valiosos que la vida o la salud (véase por ejemplo, la libertad, el patrimonio, …)-; deberían de tomar nota para potenciar y respetar las mínimas obligaciones que para con nuestros clientes tenemos: aconsejar desde la lealtad, sinceridad, el conocimiento de las Leyes, y ante todo informar regular y verazmente.

Porque no hay mayor desasosiego para el profano en Derecho que la desinformación. Siguiendo estas bases, creo que no sólo obtendremos la satisfacción de la clientela sino que podremos presumir de profesionalidad, integridad, a la par que blindarnos frente a posibles quejas de clientes insatisfechos.

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