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20/04/2024. 03:36:13

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El pulpo es un animal de compañía

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

La utopía existe en Shagri-la según la novela “Horizontes perdidos” de James Hilton llevada magistralmente al cine por Frank Capra. Fue una actualización amable de la Utopía de Tomás Moro donde la irrealidad maravillosa es real. Opuesta a ella hay otros lugares infames: un país irreal donde la realidad no existe.

Dice el art. 248 de su Código Penal de ese país utópico pero que existe realmente: "1. Cometen estafa los que, con ánimo de lucro, utilizaren engaño bastante para producir error en otro, induciéndolo a realizar un acto de disposición en perjuicio propio o ajeno."

Unos estafadores lograran su acomodo en Cajas y Bancos y organizaron un procedimiento para ganar más dinero – lo que revela el ánimo de lucro – denominado venta de preferentes. Cuando los especuladores profesionales empezaron a verle las orejas la lobo y exigieron su devolución la inminencia de que se desmontara el chiringuito hizo que los estafadores se plantearon "colocarle" las preferentes a sus clientes ordinarios que objetiva y expresamente estaban excluidos por ley como compradores de estos productos financieros complejos.

Para burlar la ley – lo que revela el ánimo doloso que exige la vía penal- "convencieron" a sus clientes – expresión políticamente correcta que significa "engañaron" – cuya mayoría era analfabeta en asuntos financieros, y no pocos en sentido absoluto, para que compraran lo que la ley les impedía venderles y los expertos rechazaban ¡por poco seguro!

Les aseguraron verbalmente – engaño bastante – que podrían recuperar su dinero con una demora de quince días desde su petición. La desconfianza natural de un cliente que sólo entiende de plazos fijos y cuenta a la vista y no cree que se aten perros con longanizas se venció- engaño bastante – asegurando verbalmente que era algo seguro. Justifican con esa demora la razón del mayor interés prometido. El engaño bastante nació de este argumento y del crédito de las Cajas que hasta entonces tenían un aura social y no especulativo.

Logrado el consentimiento – con engaño bastante pues nada de lo prometido era cierto – les presentaron diversos papeles a la firma. El confiado cliente – con engaño bastante – firmó creyendo que era meros formularios. Se les ocultó – nuevo dolo y engaño bastante – que era su auto-declaración de ser expertos en cuestiones financieras porque ninguno de ellos, en su mayoría personas con apenas estudios primarios, hubiera firmado tener los conocimientos financieros de los que carece. Así, tras burlar la ley – lo que revela el dolo generador del engaño – se logró el requisito "formal" de conocimientos – ¡con engaño bastante! – con el que poder desproteger a los inexpertos financieros de la compra de productos financieros complejos de los que la ley les protegía.

La estafa se consumó cuando la propia institución – que no ignoraba este fraude – aceptó como buenos unos documentos que sabía que eran falsos; cuando los presentó como ciertos a las instituciones encargadas de su control sabiendo que eran falsos; cuando éstas, sin entrar en más averiguaciones los aceptaron y la disposición del patrimonio ajeno se consumó.

No queda claro si esta aceptación necesaria para validar la venta fue un engaño a la institución víctima de su confianza en la Caja o Banco que le engañó o fruto de su negligencia.

Consumado el engaño bastante con ánimo de lucro y burla de ley se completó el último elemento de tipificación de la estafa: el perjuicio propio del titular de dicho patrimonio.

En ese país de la utopía jueces y fiscales – ¡en todas las instancias! – declaran que: 1: no ha habido ánimo de lucro; 2: no se ha utilizado engaño bastante; 3: no se ha producido error en otro; 4.- no se ha inducido a realizar un acto de disposición en perjuicio propio". El Tribunal Supremo en un supremo acto de utopía declaró: "el pulpo es un animal de compañía."

Un temerario juez presuntamente incorruptible parece dispuesto a arriesgar su carrera llevándole la contraria al Supremo y al congreso al rechazar que el pulpo sea un animal de compañía.

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