Los días previos a empezar las prácticas, pensaba que en LeonOlarte iba a aprender, y a afianzar a la vez de poner en práctica, los conocimientos que aprendí desde el primer día que pasé por la puerta de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sevilla, adentrándome así, en el bagaje profesional de la abogacía, y que en este solo encontraría un sinfín de esta Ciencia que es tan difícil, o casi imposible, dominar en toda su totalidad.
Me equivoqué…
En primer lugar, los primeros meses adquirí aptitudes completamente intangibles, a través de expresiones que jamás oí, y que todas tenían un punto central en la deontología, no solo del abogado, sino de todo profesional que trabaje en el despacho… algunas de ellas fueron la proactividad, la asertividad, así como la escucha activa, sin duda esta última más difícil de poner en práctica por el ímpetu y ganas que puede caracterizarnos a los recién egresados de la carrera, al querer compartir y demostrar nuestros conocimientos adquiridos durante estos años, además de mostrar nuestra ilusión por poder ayudar, trabajando para aquello en lo que nos hemos formado.
En segundo lugar, pude volver a trabajar en equipo, sin duda pienso que el compañerismo es el ingrediente esencial para que una empresa funcione correctamente, y éste en LeonOlarte es el ejemplo perfecto, en tanto que en todos los proyectos que se llevan a cabo o que han sido concluidos, tienen el "granito de arena" de todos los componentes del despacho, incluyendo a los abogados en prácticas (una oportunidad que siempre les agradeceré). Otro de los puntos que quiero poner en práctica en mi futuro profesional, es la motivación que tratan de transmitir los senior a los junior, para que continúen formándose a diario, así como todo tipo de iniciativas que les ayuden a desarrollar su proactividad.
En tercer lugar, gracias a los cursos de marketing que se imparten en el propio despacho, estoy aprendiendo de manera autodidáctica como curiosidad personal, a investigar sobre cómo concebir los despachos de abogados como empresa, olvidando así, el concepto que podía tener de éstos al comenzar mis prácticas de un despacho de abogados tradicionalista. Áreas como el marketing, recursos humanos, nuevas tecnologías, creo firmemente que se podrían dar a conocer antes a los estudiantes, en seminarios o charlas en la Facultad, o por lo menos a estudiantes de Máster o Posgrado.
Que ya haya despachos-empresas que pongan en práctica o se estén iniciando en Marketing jurídico, me ha sorprendido sobremanera, y creo que con ellos, todos los sujetos de una empresa van a salir beneficiados, tanto el cliente (por el mejor servicio recibido), como los trabajadores (podrán poder continuar su formación) y, por ende la empresa (captar más clientes y poder crecer).
En último lugar, quiero aprovechar esta oportunidad de publicar este post, para animar a las empresas a que cuenten con sus becarios, estudiantes en prácticas o pasantes como un miembro más de la organización, aunque esta unión sea temporal, de manera que confíen en nuestra formación como lo hacemos nosotros, y así todos podamos tener una experiencia similar a la que estoy disfrutando en LeonOlarte. Muchas gracias por su atención.
