Conocen la gran novela sobre la España burocrática: Miau (1888) de Benito Pérez Galdós. La obra se centra en un buen hombre incomprendido y quijotesco, llamado Ramón de Villaamil, cesante por uno de esos cambios de gobierno tan frecuentes en aquel tiempo.
En una parte de su novela nos hace una descripción breve de cómo era aquella Administración " Ni Dante ni Quevedo soñaron en sus fantásticos viajes, nada parecido al laberinto oficinesco, al campamento discorde de los timbres que llaman desde todos los confines de la vasta mansión, al abrir y cerrar de mamparas y puertas, y al taconeo y carraspeo de los empleados que van a ocupar sus mesas colgando capa y hongo; nada comparable al mete y saca de papeles polvorosos, de vasos de agua, de paletadas de carbón, a la atmósfera tabacosa, a las órdenes dadas de pupitre en pupitre y al tráfago y zumbido, en fin, de esas colmenas donde se labra el panal amargo de la Administración."
Antes de entrar en el tema de la innovación de las Administraciones Públicas me gustaría comentar este breve texto sacado de la novela de Benito Pérez Galdós, y empezaré con el tema de la cesantía, actualmente no existe cesantía ni los funcionarios dependemos de los cambios de gobierno. En un Estado de Derecho como el actual los funcionarios públicos accedemos a la Administración a través de una dura competencia, no nos pueden cesar según el gobierno que mande y somos la garantía de la aplicación de la ley independientemente del tipo de gobierno que mande, nuestra misión es aplicar la ley con objetividad e independencia.
"El puesto de funcionario está pensado para permanecer, para mantener la estabilidad del sistema a lo largo del tiempo, a través de los cambios de gobierno. El puesto de funcionario está capacitado para hacer que la ley se cumpla, incluso cuando alguien más poderoso intenta soterrarla" (Funcionario= Servicio Público, de Alberto Ortiz de Zárate Tercero).
La descripción "nada comparable al mete y saca de papeles polvorosos" nos da la idea de una Administración burocrática y la descripción de "órdenes dadas de pupitre en pupitre" una Administración jerárquica.
Cuando estamos hablando de Administración Pública estamos pensando en una Administración Pública burocrática y la mayoría de la gente les cuesta pensar en otra forma de Administración y en cuanto a la estructura jerárquica si que es cierto que cada nivel controla el nivel inferior y es controlado por el nivel superior. La planificación y la toma de decisiones están centralizadas.
Y esta atmósfera tabacosa que decía Benito Pérez Galdós nos recuerda a la atmósfera actual en donde estamos los funcionarios muy encorsetados por los procedimientos y trámites, en donde todo está muy reglamentado, con una estructura muy jerárquica.
El relato que nos contaba Benito Pérez Galdós en el año 1889 debería sonarnos a chino actualmente pero la realidad es que no es así.
Sin embrago, a pesar de todo esto si que es posible la innovación en la Administración Pública entendida como "la invención de nuevas y mejores formas de producir los servicios públicos que produzcan una mejora en el bienestar colectivo".
La atmósfera ideal para que florezca la innovación es una Administración en donde la estructura jerárquica esté lo más achatada posible, donde se constituyan grupos de trabajo que se caracterizan por su gran diversidad, entusiasmo y creatividad, en donde no haya sobreplanificación sino confianza incondicional, hagas lo que hagas estará bien hecho, en donde se respeten los roles pero no impida la autonomía de quienes están en la base, en donde el papel del líder es clave para lograr el cambio, para repetir una y otra vez la visión y esto nos remite a la idea de los valores y la innovación es un valor que preside nuestros actos, (El interaprendizaje Público de Alberto Ortiz de Zárate Tercero).
Mi opinión personal es que innovador puede ser aquel que actúa como un líder educador que promueve nuevas metas, brinda apoyo y ayuda, pero sobre todo es un entusiasta de la innovación y la creatividad, de esta forma se convierte en el principal promotor de los cambios científicos-técnicos, metodológicos, que deben producirse. El líder educador es un maestro de maestros.
En un ambiente como el que he descrito anteriormente si que es posible que florezcan emprendedores que quieran hacer mejor las cosas, que quieran emprender para mejorar e innovar la Administración Pública porque les mueve la mayor de las motivaciones, mejorar la vida de sus ciudadanos.
Somos un colectivo muy preparado y a pesar que el entorno no es favorable el intraemprendizaje existe en la Administración. El intraemprendizaje como actitud generadora de innovación por personas y equipos emprendedores que trabajan en el sector público. Este puede ser formal e informal o una combinación de ambos. El interaprendizaje debe ser sobre todo un catalizador de la participación interna y externa.
Todavía hay administraciones públicas donde existen bastantes obstáculos para que se de el interaprendizaje pero existen vías de escape para aquellos que se sientan emprendedores como la docencia, dar conferencias y las Administraciones en Red, que son un buen caldo de cultivo para el encuentro de personas tanto funcionarios de la Administración Pública como personas que trabajan en el ámbito privado que se preocupan por el valor público, que no solamente hablan, comentan y discuten sino que también pasan al activismo implicando a la ciudadanía para hacer una mejor Administración Pública.