La monografía Responsabilidad Civil y Penal del Abogado en el Ejercicio de su Profesión que se comenta tiene como protagonistas a los abogados en su relación con la Justicia, pero en su relación con ella, no en el ejercicio, digamos, “normal” de la profesión, sino cuando se convierten en demandados en un proceso civil o en acusados en uno penal. Considerando la doble responsabilidad (civil y penal) a la que pueden estar sujetos los profesionales de la abogacía -queda al margen la responsabilidad corporativa, extramuros de la obra-, la monografía que se presenta está dividida en dos partes, dedicada la primera a la responsabilidad civil y la segunda a la responsabilidad penal. Aunque en ambas se presta atención prioritaria a resoluciones judiciales recientes, tanto del orden jurisdiccional civil como del penal, que presentan como demandados en las acciones judiciales emprendidas o como sujetos activos del delito a profesionales de la abogacía, el método expositivo, sistemática y tratamiento de las diferentes cuestiones suscitadas es distinto en cada una, tal y como podrá comprobar el lector.
En la parte dedicada a la responsabilidad civil, se examinan casos recientemente resueltos, en su gran mayoría por el TS, para extraer los parámetros fundamentales en los que se mueve la exigencia de responsabilidad civil contractual a los abogados: se trata de un estudio casuístico y jurisprudencial. Partiendo de la base, obviamente, de que todos los casos giran alrededor y están enmarcados en la responsabilidad contractual de los abogados, en unos se incide más en unos temas o cuestiones que en otros y así se trata de realzar, da tal forma que, observados globalmente y en perspectiva, brindan un panorama, si no completo, si bastante aproximado de lo que se pretende: ofrecer las líneas maestras esenciales entre las que discurre ese tipo de responsabilidad profesional.
El primer caso recogido es el denominado como "Caso Biescas"; en él se incide especialmente en la relación contractual cliente-abogado, que está en el origen mismo de la responsabilidad, y en el propio aseguramiento de esta. A continuación, en el "Caso Baremo" queda una primera constancia integral de la doctrina del TS relativa a los elementos que deben concurrir para apreciar responsabilidad profesional en las personas que ejercen la abogacía. En este caso, además de la que lo resuelve, quedan comentadas otras resoluciones judiciales valorativas de determinados comportamientos profesionales, unos reputados negligentes y otros no, con la idea de servir algunos términos comparativos.
Más tarde, en el llamado "Caso del Día de la Bestia", se pone el acento de manera especial en la identificación y tipo de daño vinculado causalmente con la conducta profesional del abogado, distinguiendo el daño patrimonial y el daño moral. Seguidamente, el "Caso Retracto" es un supuesto que se antoja como ciertamente paradigmático con referencia a las indemnizaciones derivadas de la declaración de responsabilidad y a las reglas establecidas jurisprudencialmente para su determinación cuantitativa.
El Caso "Bufete" presenta un supuesto de apreciación de responsabilidades cuando la abogacía se ejerce de forma colectiva. Por su parte, el "Caso Spam" reviste interés por el impacto que puede tener en la responsabilidad profesional el uso negligente de medios telemáticos para la transmisión y comunicación de resoluciones judiciales o actuaciones procesales. Finaliza la primera parte de la monografía con el "Caso Post mortem" donde nos introducimos en el terreno de una eventual transmisión de la responsabilidad civil contractual del abogado causante a los llamados como herederos a sucederle.
En la parte que tiene por objeto de estudio la responsabilidad penal, lo que se pretende es perfilar al máximo las figuras delictivas en las que pueden encajar determinadas conductas profesionales: se trata, en términos generales, de un análisis realizado desde la dogmática penal pero con apoyo esencial en la jurisprudencia y desde un punto de vista práctico.
La parte penal empieza con una sección dedicada a temas que pueden ser considerados como de carácter general. En ella se clasifican las infracciones penales que tienen o pueden tener a un abogado como autor, estudiando después las cuestiones relacionadas con el sujeto activo y concluyendo con un análisis somero del bien jurídico protegido en aquellas figuras delictivas. Las secciones siguientes están dedicadas a los delitos especiales propios: deslealtad de parte y perjuicio de parte. Se pasa después a exponer los delitos especiales impropios, entre los que se encuentran, presentados como tipos básicos, los de destrucción, inutilización u ocultación de documentos o actuaciones procesales y la revelación de actuaciones procesales secretas; y, como tipos agravados, la presentación de testigos falsos o peritos o intérpretes mendaces y la incomparecencia ante juzgado o tribunal.
La última sección tiene por objeto los delitos comunes, esto es, los que por no exigirse ninguna característica especial en el sujeto activo, en principio, pueden ser cometidos por cualquier persona y, por lo tanto, también por un abogado en el ámbito de la relación que mantiene con sus clientes. Naturalmente, no quedan recogidos todos los delitos comunes posibles, sino que sólo son objeto de análisis la apropiación indebida, como infracción que más aparece en la práctica forense, y otras figuras con relación a las cuales se han producido resoluciones judiciales recientes. El método seguido para la presentación de los delitos comunes es semejante al utilizado en la primera parte de la monografía, esto es, una exposición casuística.
En definitiva, en su conjunto, el estudio que se presenta, teniendo en cuenta su carácter eminentemente práctico, puede tener interés para todos los operadores jurídicos pero, básicamente, claro está, para las personas que son sus protagonistas: los abogados.