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11/12/2024. 12:55:50
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Prohibido vejar

A. J. Vázquez Vaamonde

Profesor de Investigación del CSIC

A. J. Vázquez Vaamonde

Dice el art. 3.1 C: Las normas se interpretarán según el sentido propio de sus palabras, en relación con el contexto, los antecedentes históricos y legislativos y la realidad social del tiempo en que han de ser aplicadas, atendiendo fundamentalmente al espíritu y finalidad de aquellas. La palabra "vejación" está siendo utilizada con fines jurídico-políticos para prohibir la libertad de expresión que es la primera víctima de toda las dictaduras. Veamos que significa: "vejar", según reconoce el Diccionario de la RAE es: "maltratar, molestar, perseguir a alguien, perjudicarle o hacerle padecer". La generosa amplitud de los sinónimos sería el fin de la crítica política primer objetivo de todo dictador según el dicho gallego: "mexan por riba de nos e ainda temos que decir que chove" (mean sobre nosotros y aun hay que decir que llueve).

La alternativa al total y absoluto sometimiento a su violencia es la manifestación desde el  anonimato; no es una actitud cobarde; es el más pacífico exponente de rechazo a la falta de libertad individual; lo más opuesto a la doctrina del regicidio de legítima defensa (P. Mariana).

La protesta, que excluye el insulto y la injuria, es la forma más pacífica de rechazo. Si el atropello derivado de una actuación o situación es sumo, la agresión verbal en reacción ante ella sigue siendo pacífica por menos violenta; no obstante hay casos, son excepciones, donde ocurre lo contrario: la agresión verbal puede ser de tal violencia que la reacción ipso facto con una agresión física "moderadamente proporcional" podría valorarse como menos violenta.

Hablamos de una escala imprecisa para medir la calidad y la magnitud de la agresión donde hay que tener en cuenta las circunstancias del agresor y del agredido. Es rechazable que el agredido imponga su escala de medida; hay gente (víctima del síndrome de Capuletos y Montescos) que se siente agredida por una simple descortesía y la considera una acto dolos y premeditada; también el exceso contrario: que la regla de medida sea la del agresor, eso nos obligaría a soportar su grosería y zafiedad y aún su nivel de  violencia física como aceptable.

Ante la agresión física está justificada la reacción idéntica como "derecho a la defensa personal" sobre todo ipso facto. Ante la agresión se esfuma la prohibición del Código Penal de tomarse la justicia por su mano en virtud del principio de la evitación del mal menor. De su mano cabe hasta el del homicidio involuntario o el voluntario, que no cabe confundir con el homicidio premeditado cuando está en juego nuestra vida porque aun siendo equivalentes en valor la una y la otra se considera que hay un "plus social" de valor en el caso del agredido.

Volvamos al sentido propio de las palabras: maltrato es antónimo de trato bueno, pero eso depende de lo que haga el presunto maltratado: ante un cantante, sólo o en grupo o incluso una Orquesta afamada se considera un derecho de los asistentes que se le silbe o patee el suelo ruidosamente como muestra de rechazo por la mala calidad de su trabajo; ante  un actor o en una obra colectiva se reconoce el mismo derecho; hubo tiempos en los que tirar tomates se consideraba parte del derecho del espectador; si es un futbolista o arbitro pasa lo mismo, las manifestaciones de aplauso y rechazo pueden ser simultáneas en el mismo partido.

En Madrid el 21.01.1998 la Orquesta Filarmónica de Viena recibió en un estrepitoso abucheo tras interpretar dirigida nada menos que por Lorin Maazel por su lamentable interpretación del Bolero de Ravel. El 28.12.2000 cuando el tenor argentino José Cura cantó Il Trovatore recibió un apoteósico abucheo lleno de silbidos. El 26.04.2011 hubo silbidos y pataleos y hasta una espantada ante el montaje del "El rey Roger" hecha por Krzystof Warlikowski; el 21.06.2013 el Ministro Sr. Wert recibió una pitada cuando acompañando a Dª Sofía se sentó en el homenaje a Teresa Berganza; los abucheos se repitieron el 23.06.2013 yendo sin el Sr. Wert  al Maratón de la Música en el mismo Teatro Real.

En las dictaduras ….; ¡ah!, ahí la cosa varía. Se cuenta que en los años 40 cuando salía Franco del palco tras ver un partido de fútbol la orquesta empezó a tocar: "Se va el caimán, se va el caimán/ se va para Barranquilla (bis)/Una niña patinando /patinando se cayó/ y en el suelo se le vio/ que no sabía patinar/". La gente aplaudía no se sabe si como despedida o si apoyando la letra. La canción fue prohibida, según me dijeron. Si fue un bulo, si no é vero e ven trovato, el bulo manifestaba el rechazo al fascismo y a todo lo que tuviera que ver con él.

Hace poco la Audiencia Nacional ha multado con 7.400 € al acusado de organizar una pitada al himno nacional que tocaron cuando asistió Felipe de Borbón a un partido; lo mismo que al Ayuntamiento de Arcos del Jalón por hacer un  espectáculo con la matanza de un cero.

Felipe de Borbón era un espectador en un acto no oficial. Pero la AN vio "injurias al rey y de ultraje a España". "Santa Lucía te conserve la vista" se decía antes. El homenaje tocando el himno en un acto privado está fuera de lugar. Que las personas rechacen el significado de un himno, una institución y una persona que los representa, ¡no hay vejación a la persona ni a los que se sientan representados! es parte de la libertad de opinión que ¿se reconoce como un derecho fundamental o no como tampoco otros que figuran en la CE78? En España es delito quemar la bandera de España. ¿Lo es también en los USA donde no es delito quemar  la suya?

Mal síntoma es empezar a prohibirlo todo. Es también poco inteligente; da publicidad al rechazo que hay. Los defensores de la libertad de opinión recuerdan a Brecht y ¿se suman?

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