Entre las distintas herramientas con las que cuenta cualquier despacho de abogados para construir una sólida imagen de marca y transmitir a sus potenciales clientes sus bondades y éxitos, se encuentran los rankings legales.
No estamos hablando aquí de directorios, tipo páginas amarillas, donde las empresas que aparecen referenciadas han pagado un precio por su inclusión sino de aquellos rankings que realizan una investigación de mercado (más o menos profunda) de cara a seleccionar los despachos más destacados en una determinada práctica y ciudad, región o país.
Con ello no queremos desprestigiar a directorios tipo páginas amarillas pues son herramientas muy útiles para localizar los datos de contacto de despachos y firmas legales; simplemente queremos puntualizar su alcance y limitaciones. Páginas amarillas nos dirá cuántos despachos hay en Madrid pero no nos puede ayudar a elegir el despacho que mejor se podría adaptar a nuestra necesidad.
Ante un mercado con múltiples operadores y con una competencia en aumento, tanto los clientes como los propios abogados se encuentran ante una situación difícil, que se podría sintetizar en las siguientes preguntas:
Cliente: ¿Cómo puedo encontrar el mejor abogado para mi caso?
Abogado: ¿Cómo puedo transmitir al cliente que yo soy el mejor abogado para su caso?
Los rankings legales son una de las mejores herramientas en este proceso de puesta en contacto entre cliente y abogado, dado que ofrecen una selección de los despachos y profesionales más destacados en cada área de práctica, basándose para ello en distintos indicadores: opiniones de clientes, opiniones de otros profesionales, alcance de los casos llevados, etc.
En este proceso de selección, nuestra experiencia y éxitos será la llave maestra, pero también es decisiva una acción proactiva por nuestra parte. Podemos quedarnos sentados esperando que nuestros hechos hablen por nosotros pero pasará bastante tiempo hasta que esta información llegue a los editores de los distintos rankings (especialmente los internacionales). O podemos activamente buscar nuestra inclusión en dichas publicaciones.
Todos los rankings de prestigio ofrecen la posibilidad de presentar dosieres de empresa con información sobre los casos llevados en el último año y cualquier otra información que consideremos relevante compartir con ellos. Así mismo, nos permitirán enviarles contactos de clientes que puedan ofrecer "buenas referencias" nuestras. Bien realizados, estos dosieres ("submissions" en inglés) son una base muy sólida para ayudar a los investigadores en su labor de selección. Para el despacho de abogados supone, así mismo, una oportunidad de oro para poner en valor sus éxitos anuales y sus mejores profesionales.
Si conseguimos pasar el primer peldaño, y entramos en el proceso de investigación, nos encontraremos con la necesidad de que algunos de nuestros profesionales concedan entrevistas o al envío de información extra relativa a algunos de los casos.
No quiero engañar a nadie, es un proceso que necesita cierta dedicación y una atención continua a lo largo de los años, pero una vez que lo incluyamos entre nuestras actividades de promoción y construcción de marca, nos puede ser muy útil como recopilación de nuestros mejores logros y éxitos de cara a presentaciones a clientes, entrevistas, otras publicaciones, etc.
Una duda que nos puede surgir en estos momentos es si los rankings están vetados a los pequeños despachos o a los profesionales individuales. Basándome en mi experiencia, no; aunque sí que es verdad que las grandes firmas tienen una mayor presencia.
En mi opinión, este hecho viene dado por los mayores medios con los que cuentan las grandes firmas, lo que les posibilita mantener un diálogo constante con los investigadores y suministrarles dosieres muy trabajados. También porque los grandes despachos llevan casos de mucho renombre y alto peso económico.
Pero no nos demos por vencidos antes de intentarlo. Está claro que en determinados ámbitos reinan las grandes firmas pero si, somos un despacho pequeño, tenemos la opción de buscar nichos de mercado donde la innovación y el buen hacer, se recompensan.
Las afirmaciones que hemos vertido en este comentario tienen, claro está, una serie de puntualizaciones de vital importancia, que se centran en la solvencia de los propios rankings.
En los últimos años hemos podido asistir al surgimiento de numerosas editoriales y empresas que dicen ofrecer "premios" y "rankings" en todos los ámbitos imaginables.
Es necesario ser muy selectivo a la hora de enviar nuestros datos y de cara a ahorrarnos esfuerzos inútiles. Siempre es aconsejable sospechar si:
- Se nos pide una aportación económica por aparecer en el ranking: los rankings con solvencia se basan siempre en una investigación objetiva donde no hay desembolso económico. Otra cosa es que nos ofrezcan la posibilidad de contratar publicidad o un perfil extendido pero la inclusión no debería basarse exclusivamente en un pago.
- La publicación es poco transparente sobre el proceso de investigación que realiza y no explica el modo en el que son seleccionadas las firmas y los abogados.
- La publicación es desconocida en nuestro ámbito. El hecho de ser nuevo en un sector no es malo a priori pero puede ser aconsejable esperar hasta que el ranking tiene unos años "de rodaje" para ver si adquiere presencia en nuestro sector. Esto nos ahorrará bastantes esfuerzos inútiles.