Tradicionalmente, los departamentos legales o abogados/as “in-house” se han desarrollado desde una posición reactiva, solucionando imprevistos e intentando mitigar riesgos que podrían acarrear sanciones o derivar en pérdidas económicas. Esto, puede argumentarse que, ha sido el resultado de la formación de los abogados/as, una formación tradicional, acostumbrada a resolver problemas legales, velando por el fiel cumplimiento a la ley y en cierta forma paralizando el negocio para intentar llegar a una solución más conservadora y más garantista. En consecuencia, los abogados/as se han ganado una reputación de profesionales que obstaculizan el negocio, entorpeciendo y bloqueando el desarrollo dinámico y creativo del resto de departamentos. El describir con adjetivos como “burocrático” o “administrativo” no resulta extraño al hacer referencia al departamento legal y en algunos casos entendiéndose muchas veces como un departamento que no aporta un gran valor añadido a la compañía, creándose una imagen negativa fundamentalmente para áreas más comerciales.
Mi experiencia a lo largo de trabajar en diversas multinacionales me confirma lo anterior. Por una parte, se encuentran organizaciones en las que normalmente el departamento legal es un área de puro soporte y no estratégica. En algunos casos el/la responsable legal incluso reporta al responsable financiero. Este fenómeno ocurre en su mayoría en empresas europeas o en filiales de algunas multinacionales en España.
Sin embargo, el rol actual de los profesionales legales ha tenido una evolución constante los últimos años, misma que, debe seguir evolucionando. Algunos General Counsel, como es mi caso, hemos y seguimos reestructurando las áreas de los departamentos legales o de compliance, impulsando e incentivando a que los abogados/as se conviertan en business partners (socios del negocio), asumiendo su papel desde otra perspectiva.
No solo hace falta cambiar la cultura de las empresas, pero también de los abogados/as per se. Muchos de mis colegas se sienten incomodos saliendo de su zona de comfort. Para muchos, resulta un reto especialmente complejo el utilizar herramientas tecnológicas para tomar decisiones relevantes de negocio, en lugar de dedicar su tiempo en revisar técnicamente un contrato, o centrar su atención en cuestiones meramente legales.
El departamento legal debe asumir una posición que va más allá de la tradicional revisión de documentos o la mera redacción de escritos legales. Esta nueva posición supondría aportar ideas, teniendo un completo conocimiento del negocio, así como el innovar a nivel tecnológico, aportando un constante valor añadido para el desarrollo de la compañía. El desarrollar funciones proactivas, buscando soluciones eficaces para el desarrollo del negocio, cambia el paradigma del rol de un abogado/a puramente tradicional. KEEP IT SIMPLE!
Para convertirnos en business partners, no es necesario que los abogados/as sacrifiquemos la rigurosidad de nuestro trabajo o la diligencia que nos caracteriza, sino que, es necesario el pensar más allá, de manera distinta, simplificando y agilizando procesos del negocio. El entender de manera íntegra la estrategia del negocio, no es suficiente para ser óptimos business partners. Es fundamental involucrarse de manera activa y constante con los distintos departamentos de la empresa, así como estar al tanto y ser parte activa de los proyectos de negocio desde un inicio. De esta manera, podemos ser nosotros quienes detectamos riesgos legales oportunamente, entregando soluciones eficientes para el desarrollo de los mismos, siendo un aliado del proyecto y no un obstáculo. La creatividad es una característica fundamental para desarrollar con protagonismo estas funciones, ofreciendo nuevas ideas y ajustes a proyectos que mitiguen riesgos y sean acordes a la ley y las políticas internas. Este perfil de abogado/a dinámico, como guía de la empresa y parte fundamental del negocio, es justamente la función del business partner, un rol que seguramente cambiará la reputación y perspectiva tradicional del departamento legal y permitirá a muchos in-house poder ser promocionados a Directores Generales o formar parte de los Consejos de Administración como personas que tiene un rol relevante y no para estar presente únicamente en papel cumpliendo las políticas internas o del cumplimiento de la ley de las multinacionales.
Estoy convencida que el cambio está ahí para quedarse y que el rol de los abogados/as será cada vez más importante en las empresas.
