En la mayoría de las ocasiones, que aceptar la nominación supone también aceptar el pago de una cantidad de euros o dólares
Surgen unas cuantas preguntas ¿me estoy comprando un premio legal? ¿será una estafa? ¿cómo puede afectar a mi reputación?
Comienza el nuevo curso jurídico y, como cada año, llega a mi correo la notificación de una nominación de un premio jurídico, en mi caso, a la mejor publicación jurídica. Premio que forma parte de un elenco de premios legales de las diferentes disciplinas a nivel internacional.
Aparentemente la nominación a un premio en un sector tan competitivo como es la abogacía y, en nuestro caso, el de las publicaciones legales, puede parecer una ventana a una publicidad dentro del sector, a una mejora de la reputación y a una mayor difusión de la marca. Un premio que, aparentemente te entrega el sector, es, además, un reconocimiento al trabajo y al esfuerzo diario.
El problema de este tipo de nominaciones es que la agencia o la empresa que comunica este tipo de noticias incluye en su notificación, prácticamente en la mayoría de las ocasiones, que aceptar la nominación supone también aceptar el pago de una cantidad de euros o dólares para sufragar, normalmente, la difusión del evento en algún medio especializado o generalista de amplia tirada o con gran reconocimiento.
Así que cuando se llega a este punto, es cuando surgen unas cuantas preguntas ¿me estoy comprando un premio legal? ¿será una estafa? ¿cómo puede afectar a mi reputación?
Si investigamos un poco la entidad que organiza los premios nos podemos llevar muchas sorpresas. En ocasiones quien esta detrás de esta organización es un medio del sector editorial especializado en el mundo jurídico, en otras ocasiones, nos encontramos a una agencia de comunicación o, incluso, nos podemos encontrar a empresas que solo se dedican a organizar premios empresariales, entre los que incluyen a la abogacía, como única actividad comercial.
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