El autor reflexiona sobre el papel del arbitraje internacional en América Latina con motivo del voluminoso tratado publicado por el profesor Fernández Rozas.
Como una mancha de aceite, el arbitraje comercial se va extendiendo en América Latina por tratarse de un mecanismo flexible, rápido y fiable para la resolución de controversias mercantiles. Finalmente, ha sido superada la hostilidad característica de épocas pasadas, con una favorable y, en ocasiones eufórica, acogida de la institución. En el orden estrictamente legal, el cambio se expresa con claridad en distintos planos: incluyendo la figura del arbitraje dentro de las Constituciones; a través de la incorporación a tratados universales y regionales con relación al arbitraje, y mediante la adopción de nuevas leyes o la modificación de las leyes existentes que lo gobiernan.
Este proceso de reforma, bajo la influencia de la Ley Modelo de Arbitraje de la Uncitral de 1985, ha resultado decisivo hasta el punto de que prácticamente todos los países latinoamericanos la han tomado como referente principal o incluso, como en el caso de México, Guatemala, Nicaragua, Paraguay o Chile (para el arbitraje internacional), único. Como resultado, los obstáculos legales más importantes, que tradicionalmente impedían que el arbitraje se transformara en el método más efectivo y utilizado para resolver controversias comerciales internacionales en América Latina, han sido por fin suprimidos y han encontrado una solución acorde con la prevista en cuerpos legales de países del resto del mundo, especialmente de aquellos más familiarizados con la práctica de este procedimiento de arreglo de controversias.
Un contexto de la amplitud, riqueza y complejidad como el descrito requería un tratamiento en profundidad que, a partir de los textos legales y de la práctica arbitral y jurisdiccional, pusiera de relieve la totalidad de las relaciones que se desarrollan en el denominado "edificio arbitral". Este estudio exhaustivo acaba de ver la luz en el Tratado de arbitraje comercial en América Latina (Iustel, Madrid, 2008), obra del catedrático de la Universidad Complutense, José Carlos Fernández Rozas. Tras precisar con rigor el marco legal del área acotada, analiza en profundidad el acceso y el ejercicio de la actividad arbitral (sede del arbitraje, instituciones administradoras, estatuto y funciones de los árbitros, convenio y procedimiento arbitral, arbitrabilidad y Derecho aplicable a la controversia) y otro del mismo tenor en torno las relaciones entre jueces y árbitros: auxilio y control judicial, medidas cautelares, anulación del laudo y reconocimiento y ejecución de laudos arbitrales extranjeros.
A una acreditada trayectoria académica, que ha desarrollado ampliamente en numerosas Universidades y Centros de Estudios de Negocios en América Latina durante los últimos veinte años, Fernández Rozas agrega en el presente tratado una dilatada experiencia como abogado y árbitro comercial y de inversiones en el subcontinente. El resultado es una obra que conjuga un sólido equilibrio entre teoría y práctica, avalado, en este último caso, por el manejo de centenares de decisiones arbitrales y jurisdiccionales. Por eso, la obra, que de seguro reclamará nuevas ediciones, es imprescindible para todos los operadores jurídicos dedicados a la práctica del arbitraje en América Latina.