Se habla últimamente mucho del proyecto de la denominada Ley Telecom Packet en ámbitos europeos. Parece que los políticos están dispuestos a cortarle las alas al mundo de Internet. Bien es cierto que los que empezamos a navegar recién inventado este mundo virtual, nos encontramos con que todo era posible, si bien el que era de una condición seguía siendo de la misma en ese otro mundo, salvo excepciones.
Con el tiempo pudimos comprobar que donde antes la ley no entraba, ahora se pronunciaba. Dicen que la realidad va antes que la ley, y es cierto, pues es imposible legislar sobre aquello que no existe o que se prevea que vaya a existir, pues no tiene lógica. Pero lo de la UE llega ya demasiado lejos. De acuerdo que no se puede dejar un campo null, pero de ahí a poner en manos de empresas privadas el decidir que una persona, física o jurídica, tenga o no espacio en Internet, escapa a toda lógica jurídica.
El proyecto de ley dificulta la vida a los piratas con la denominada ley "three-strike" (a los reincidentes, "tres advertencias"). Hasta aquí todo bien. Pero dejar dicho control en manos privadas conllevará, con total seguridad, abusos que producirán mil y una aversiones. Asimismo, dicho proyecto de ley asigna a cada país la potestad de decidir que programas pueden funcionar en Internet, lo que supondría una abusiva intervención gubernamental. Desde aquí proponemos su inconstitucionalidad.
Pero lo peor de todo esto no es que nos quiten libertades, que nos vigilen como en Gran Hermano (ya lo vaticinó George Orwell en "Nineteen Eighty-Four", novela de la que se copió el concepto del programa de TV), que estemos viviendo precisamente en una sociedad Orwelliana. Lo más detestable es que todas estas leyes restrictivas de derechos, son hechas en nombre del beneficio de todos nosotros, los ciudadanos.
Con esta ley, y volviendo a Orwell, se hará realidad el principio de que lo que no está en la lengua (en nuestro caso, en Internet), no puede ser pensado.
