El miércoles día 1 de diciembre el Presidente del Gobierno anunció una serie de medidas fiscales a favor de las sociedades de reducida dimensión, aumentando el límite de 8 millones de euros a 10 millones de euros de volumen de negocios para poder beneficiarse de dicho régimen en el Impuesto sobre Sociedades.
Además, se reducirá del 25% al 20% el tipo de gravamen del Impuesto sobre Sociedades para las entidades de reducida dimensión por los beneficios hasta 300.000€ euros (hasta la cantidad objeto del beneficio fiscal era de 120.000€).
Dichos beneficios fiscales a incluir en la próxima Ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2011 beneficiarán a 40.000 sociedades mercantiles. Por tanto, se amplia este beneficio anteriormente reservado a la entidades de reducida dimensión con menos de 25 trabajadores y que mantuvieran su empleo.
Otra medida importante es la generalización de la libertad de amortización para todas las empresas hasta el año 2015 para eximir de tributación las nuevas inversiones, y no sólo la amortización según tablas, con el objetivo de fomentar la actividad económica. Beneficio reservado hasta ahora a las empresas de reducida dimensión con mantenimiento del empleo.
Por otra parte, se elimina para las pequeñas empresas y los autónomos la obligación de pago de la cuota a pagar a las Cámaras de Comercio, con un ahorro de 250 millones de euros.
Finalmente, la constitución de una sociedad por un trabajador autónomo, con un capital inferir a 30.000 euros, se realizará en un plazo de cinco días, adelantando el contenido indicado en la Ley de Economía Sostenible.
No obstante, dichas medidas benefician a las pymes, mientras que en España existe un millón de autónomos que tributan en el sistema de módulos, los cuales no se han visto beneficiados por la bajada en la tributación reservada a las entidades de reducida dimensión.
Es loable la baja de tributación en un momento de crisis económica, pero cabe la duda si esto afectará al déficit publico.