Un reverendo cristiano dijo el jueves que ha cancelado su plan de quemar copias del Corán en Estados Unidos, una acción que había generado la condena internacional y advertencias de posibles ataques suicidas.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, llamó a Terry Jones para exhortarle a que no siguiera adelante con su plan, dijo el Pentágono.
El portavoz del Pentágono, Geoff Morrell, dijo que Gates expresó en la breve conversación telefónica con Jones su "gran preocupación" de que la quema del Corán "pusiera en riesgo la vida de nuestras fuerzas, especialmente en Irak y Afganistán".
Jones, líder de una pequeña iglesia protestante en Gainesville, Florida, dijo a los periodistas fuera de su local que suspendía su plan.
El pastor confirmó la llamada de Gates pero dijo que su decisión se relacionaba con un acuerdo con líderes musulmanes sobre trasladar la ubicación de un centro cultural islámico y una mezquita cuya construcción se pensaba realizar cerca del lugar de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York.
Un líder islámico de Florida dijo que el imán de Nueva York relacionado con el proyecto está dispuesto a hablar sobre el traslado de la polémica construcción.
"Creo que está considerándolo", dijo el imán Muhammad Musri, director la Sociedad Islámica de Florida Central, a la cadena CNN, y agregó que había hablado con la esposa del imán de Nueva York Feisal Abdul Rauf.
"Tenemos el compromiso de la oficina del imán para una reunión de tres partes a la que el pastor y yo volaremos a Nueva York para encontrarnos con él a discutir el plan o (…) trasladar el proyecto a un lugar ideal que no sea polémico", agregó Musri.
Sin embargo, el imán dijo que "no tenía garantías escritas".
Pero Rauf dijo en un comunicado que estaba sorprendido por el anuncio.
"Estoy feliz de que el pastor Jones decidió no quemar ningún Corán. Sin embargo, no he hablado con el pastor Jones o el imán Musri. Estoy sorprendido por el anuncio", afirmó.
Sharif el Gamal, quien desarrolla el proyecto, dijo en un comunicado: "No es cierto que el centro comunitario (…) sea trasladado. El proyecto continuará tal y como estaba planeado. Lo que se está informando en los medios hoy es totalmente falso".
El magnate estadounidense Donald Trump se ofreció a comprar el edificio donde se instalará el centro para acabar con la controversia. Trump escribió a un inversor del edificio del Bajo Manhattan que le ofrecía pagar un 25 por ciento más de lo que había entregado por el local.
CONDENA INTERNACIONAL
Muchos se oponen a la construcción diciendo que es insensible para con las familias de las víctimas del 11-S realizados por Al Qaeda.
Jones dijo que los líderes musulmanes en Nueva York le habían prometido que se cambiaría la ubicación. Anteriormente, líderes mundiales, entre ellos el presidente estadounidense, Barack Obama, habían condenado su plan de quemar copias del libro sagrado islámico el sábado, el día del noveno aniversario de los atentados que causaron unos 3.000 muertos.
Muchas personas tanto conservadoras como liberales desestimaron el acto como una maniobra del predicador para atraer la atención.
El portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, lo calificó como un "hombre desesperado" que pondría en peligro la vida de los soldados en el exterior.
Interpol advirtió a los gobiernos de todo el mundo sobre un aumento en el riesgo de ataques terroristas si se llevaba a cabo la quema del libro sagrado del Islam, mientras que el Departamento de Estado estadounidense emitió una advertencia para ciudadanos que viajen al exterior.
"Esta es una bonanza de reclutamiento para Al Qaeda", dijo Obama en una entrevista con el programa "Good Morning America", de la cadena ABC.
"Se pueden tener graves hechos de violencia en lugares como Pakistán o Afganistán. Esto podría incrementar el reclutamiento de individuos que estarían dispuestos a inmolarse en ciudades estadounidenses o en ciudades europeas", agregó.
Aumentando la presión para que Jones abandonara su plan, Naciones Unidas advirtió que los talibanes podrían intentar explotar el enojo ante la quema del Corán y descarrilar las elecciones parlamentarias del 18 de septiembre en Afganistán.