AMÁN (Reuters) – Miles de sirios huyeron el martes de la histórica ciudad de Maarat al Numaan para escapar de las tropas que iniciaron una ofensiva con tanques en el norte del país, en una campaña militar que busca sofocar las crecientes protestas contra el presidente Bashar el Asad.
En la región tribal del este, donde se produce la totalidad de los 380.000 barriles diarios de petróleo del país, se habían desplegado tanques y vehículos blindados en las localidades de Deir al Zor y en Albu Kamal, en la frontera con Irak, una semana después de que decenas de miles de personas salieran a las calles exigiendo el fin del mandato autocrático de Asad.
"¡El ejército está llegando, buscad refugio para vosotros y vuestras familias!", se escuchaba desde los altavoces de las mezquitas de Maarat al Numaan, una ciudad de 100.000 habitantes que se extiende a ambos lados de la carretera principal que va de norte a sur y que une Damasco con la segunda ciudad más grande de Siria, Alepo.
Los residentes se dirigían a Alepo y a pueblos en el desierto, en el este del país, mientras que otros se refugiaron en la vecina Turquía, a donde han llegado más de 8.500 sirios.
La gente buscó refugio ante el avance de las tropas gubernamentales, que tratan de sofocar las manifestaciones en demanda de cambios políticos en el país gobernado desde hace 41 años por la dinastía Asad, de la minoría alauí. La mayoría de los sirios son suníes.
Alrededor del 70 por ciento de los habitantes de Maarat al Numaan han huido, dijo a Reuters por teléfono Othman al Bedeiwi, un profesor de farmacéutica de la ciudad.
"Nos reunimos hoy con el gobernador (provincial) y él nos aseguró que el Ejército entrará sólo para arrestar a 360 personas que tiene en una lista. La gente de Maarat, sin embargo, está escéptica", comentó. "Mi nombre está en la lista de personas a ser arrestadas por ir armado. Nunca he llevado un arma en mi vida", añadió.
Siria ha prohibido el acceso a la mayoría de los periodistas extranjeros, lo que dificulta verificar las noticias sobre violencia.
EN BUSCA DE LA CONDENA INTERNACIONAL
Francia, con apoyo de Reino Unido, ha liderado los esfuerzos para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condene la represión desatada por Asad, pero Rusia y China sugirieron que usarían su poder de veto para frustrar una resolución sobre Siria.
La respuesta de Occidente ha sido matizada por el temor a la inestabilidad regional si este país mediterráneo aliado de Irán y que apoya a los grupos militantes Hamás y Hezbolá se suma en el caos.
Las fuerzas sirias llegaron a Maarat al Numaan después de arrestar a cientos de personas en pueblos cercanos a Jisr al Shughur, dijeron residentes.
Los refugiados describieron disparos de soldados y alauíes armados leales a Asad y la quema de tierras y cultivos en una política que busca someter a las personas de la región después de las grandes protestas contra el Gobierno.
Grupos sirios de derechos humanos dicen que 1.300 civiles han muerto desde el inicio de la revuelta en marzo. Un grupo, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, afirma que más de 300 soldados y policías también perdieron la vida.
La televisión estatal dijo que las fuerzas del Gobierno "sigue llevando a cabo su misión de perseguir y cazar a miembros de organizaciones terroristas en los alrededores de Jisr al-Shughur, a fin de permitir que los residentes regresen a sus barrios".
MILES DE REFUGIADOS
Miles de personas más se están refugiando en áreas de montaña dentro de Siria, donde la lluvia ha vuelto miserables las condiciones de vida. Imágenes tomadas por Reuters Televisión mostraban a grupos de personas desaliñadas y atemorizadas tratando de secar mantas empapadas de agua.
"Estamos desesperados. Estamos bajo la lluvia, nuestros niños están enfermos. No tenemos medicinas ni alimentos", dijo una mujer, entre lágrimas, con un niño acostado a su lado.
La mayoría de los refugiados provienen de Jisr al-Shughur, una ciudad a 20 kilómetros de la frontera, donde las autoridades dicen que hombres armados mataron a 120 agentes de seguridad hace 10 días. Pero algunos activistas dicen que residentes ayudados por tropas desertoras atacaron los cuarteles de la inteligencia militar en la localidad después de que las fuerzas de seguridad mataran a 48 personas durante dos días de protestas.
El Gobierno dice que las protestas iniciadas hace tres meses son parte de una violenta conspiración apoyada por potencias extranjeras para desatar un conflicto sectario.
Turquía ha montado cuatro campos de refugiados junto a la frontera y la agencia estatal de noticias Anatolia informó el martes de que las autoridades podrían ofrecer más apoyo a los sirios que huyen de la violencia. El número de refugiados llega ya a 8.538, más de la mitad niños, agregó.
Anatolia informó también de que Asad llamó por teléfono al primer ministro turco, Recep Tayip Erdogan, para felicitarlo por su victoria electoral de hace dos días. La agencia agregó que el líder turco intentó persuadir a Asad de que evite el uso de la violencia contra su pueblo y ponga en marcha las reformas lo más pronto posible.
Assad, que heredó el poder tras la muerte de su padre en el 2000, ha hecho algunas concesiones para calmar a los manifestantes, levantando una ley de emergencia vigente desde hacía 48 años y prometiendo un diálogo nacional, aunque muchos activistas han restado importancia a esos gestos.