MADRID (Reuters) – El vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, dijo el jueves que su Gobierno seguía comprometido a realizar el referéndum de independencia el 1 de octubre, pero admitió por primera vez que la organización de la consulta se había visto alterada por las actuaciones judiciales y policiales de los últimos días.
Tras la incautación por parte de la Guardia Civil de casi 10 millones de papeletas, de documentación censal y la detención de altos cargos de su consejería de Economía, el "número dos" del Ejecutivo catalán admitió las dificultades para seguir adelante con una consulta que ha sido suspendida por el Tribunal Constitucional.
"Que nos han alterado las condiciones es evidente", dijo Junqueras en una entrevista con TV3 al día siguiente de unas actuaciones que sacaron a la calle a miles de manifestantes y tensaron aún más las relaciones entre el Gobierno catalán y el español.
El Gobierno central ha dado por neutralizada logísticamente la consulta del 1-O, pero los responsables de la Generalitat habían insistido hasta ahora en que nada impediría que el referéndum se llevara a cabo.
Tras reconocer que el golpe policial de los últimos días iban a dificultar la votación, Junqueras insistió en que el Govern estaba junto a una ciudadanía que en su mayoría, dijo, sigue queriendo votar.
"Es evidente que no vamos a poder votar como habíamos querido, pero al mismo tiempo nosotros intentamos asumir la responsabilidad que nos toca", dijo el político independentista.
Respecto a las detenciones de parte de su equipo económico, Junqueras se emocionó al recordar a unos "trabajadores extraordinarios y honestos" que, entre otras cosas, han puesto en marcha una agencia tributaria propia y han ayudado a reducir el déficit de la próspera región mediterránea.
"Continuamos con voluntad de normalidad y servicio, pero las cosas hoy son diferentes porque buena parte de nuestro equipo está detenido. Es evidente que hay una voluntad manifiesta de impedir el funcionamiento del departamento", afirmó.
Ante las críticas a ambos gobiernos y las peticiones de diálogo para frenar una de las peores crisis políticas de las últimas décadas en el país, Junqueras se defendió pidiendo no ser equiparado con quienes "usan las cloacas del Estado" para detener a "nuestra gente".
