Está claro que España y el mundo están viviendo una de las peores crisis de su historia, y que a su vez esto está afectando a todo ser humano en menor o mayor medida. Si como punto de partida tomamos a Estados Unidos y sus hipotecas basura, las ya mundialmente conocidas “SubPrime”, el globo entero ha tomado un rumbo que no sabemos qué nos deparará, pero lo que está claro es que dejará de ser por siempre el que todos hemos conocido hasta el día de hoy.
Para las empresas lo más fácil parece ser que es hundirse, y uno tras otro no paran los mal llamados "golpes de mala suerte". La economía global es maestra en desfalcos, morosidad, grandes entramados de estructura piramidal que azotan a nuestra moralidad, y un sinfín de abrumadoras estrategias y conceptos económicos que no arriesgamos a comprender. El continuo bombardeo sobre la Crisis en prensa y televisión nos está convirtiendo en maestros y eruditos en economía y finanzas, todo esto muy a nuestro pesar. El mundo bancario tal y como lo conocemos se hunde y está arrastrando a todo el panorama empresarial con él.
Aunque como bien se dice "no hay mal que por bien no venga", y debemos recordar con esperanza que grandes fortunas se forjan de igual modo en tiempos de crisis, tan solo hay que ver más allá y anticiparnos, un reto que afrontaremos con la dignidad que nos quede en estos tiempos que nos ha tocado vivir. Deberemos tener claro que el ampliar las miras de lo que ha sido nuestro negocio hasta el momento puede ser un flotador para el no hundimiento de éste. Pensar en su diversificación, abrir nuevos mercados o ampliar nuestra capacidad de reacción podrá salvarnos.
El Marketing de Crisis será un arma muy útil gestionada correctamente.
Hablamos de Marketing Crisis y deberemos recordar que Marketing y Negocios van de la mano, y seguir unos puntos básicos:
- Hacer un Análisis de la Situación actual. Determinar qué debemos añadir o cambiar en relación a nuestro Plan de Marketing original.
- No deberemos exceder y engordar nuestra credibilidad y la de nuestro producto o servicio. Debemos ser honestos con nuestros clientes y potenciales. Cuidarles y nunca ofender a su inteligencia ya que son ellos por los que estamos ahí y quienes nos mantienen a flote.
- Anticiparse al peor escenario para nuestro negocio y buscar todas las variables y vías de reacción antes de que llegue a producirse, es decir, trazar un plan de marketing alternativo, el cual nos permitirá siempre reaccionar positivamente ante este nuevo escenario catastrófico. No olvidar que estar preparado es y será siempre una impecable política para un buen estratega del Marketing.
- No infravalorar el Marketing Directo (e-mailings, llamadas, etc.) ya que exitosamente gestionado, es una económica y efectiva arma a tener muy en cuenta por el empresario. La promoción en el punto de venta o Merchandising, y la venta cruzada (venta de nuevos o actuales productos/servicios de nuestro portfolio a nuestra cartera propia de clientes) pueden salvar algo que aparentemente parece imposible ser salvado.
- La importancia de tener un saludable fondo de comercio será siempre un beneficio real para nuestra empresa y nos permitirá estar bien posicionados antes de la crisis.
- Aceptar los consejos de profesionales y ser objetivos con nuestro negocio para estar seguros de que hemos tenido en cuenta realmente cualquier posible estrategia susceptible de ser exitosa para la consecución de nuestros propósitos, los cuales posiblemente habremos tenido que variar durante el camino.
- Y por último, y no por ello menos importante, ir acompañados por un block de notas a todos lados para escribir cualquier idea que se nos pueda ocurrir será siempre una impecable opción a tener en cuenta.
Siempre deberemos recordar que el Marketing es un arma que debe manejarse con cautela y muy especialmente en los tiempos actuales, en los que no olvidaremos que los negocios deben estar basados en honestidad e integridad y una alta valía corporativa. No debemos mentir bajo ningún concepto ya que decepcionar a nuestro público con falsos mensajes o conceptos no debe formar parte nunca de los valores y cimientos sobre los que debe fundamentarse una empresa que mira al futuro.
Un consejo, y es que pensar en que la crisis puede ir más allá de lo que vaticinamos inicialmente, ser catastrofistas, puede salvar la vida de nuestra empresa y minimizar unos riesgos ya asumidos.
