
Toda gran reforma (concursal) tiene algo de relevo. Lo tuvo la Ley de 2003, que sirvió de excusa a muchos viejos profesionales de las quiebras y suspensiones de pagos para pasar a la reserva. Lo tuvo la de 2011. Más de una centena de artículos afectados fue demasiada cuesta para algunos. Y lo tendrá (si no es que ya lo está teniendo) la reforma de 2022.
El mercado concursal está en plena reestructuración. El legislador ha optado por la formación de clases: el concurso para liquidar, la reestructuración para la viabilidad y microempresas para…(aún no sabemos qué).