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25/04/2024. 21:07:41

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La industria aeronáutica está en pie de guerra por un millonario contrato

EADS v. Boeing: la batalla cobra sus primeras víctimas

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La empresa norteamericana ha elevado una protesta ante la Government Accountability Office, entidad federal encargada de supervisar el manejo del dinero público por parte de las agencias estatales y asesorar al parlamento.

Boeing no da su brazo a torcer frente a la reciente victoria de su rival europea en el Pentágono. La empresa estadounidense ha elevado una protesta ante la Government Accountability Office, entidad federal encargada de supervisar el manejo del dinero público por parte de las agencias estatales y asesorar al parlamento. Boeing señala que el proceso de adjudicación del millonario contrato de los aviones cisterna estuvo viciado. Para sus abogados unas pocas irregularidades podrían haber determinado el resultado, dada la alta competitividad del proceso de contratación. Pero eso no es todo. La disputa corporativa por el millonario negocio extiende sus tentáculos a la carrera por el Despacho Oval. Miembros del staff de campaña de John McCain son antiguos lobbistas de la European Aeronautic Defense and Space Company "EADS" (La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), entidad del gobierno español, tiene una participación de 5.49 por ciento en el capital de esta empresa).

 

Todo empezó hace pocas semanas cuando EADS, en consorcio con la norteamericana Northrop Grumman Corp., ganó un contrato para la construcción de 179 aviones cisterna para la Fuerza Aérea americana. Se trata nada menos que de cuarenta mil millones de dólares. Originalmente, Boeing había ganado el contrato, aunque luego este fue declarado nulo por irregularidades en el proceso de adjudicación. Así las cosas, se detectaron graves episodios de corrupción en el trámite. McCain, en su calidad de senador, fue uno de los más fieros inquisidores de la compañía americana en este caso. El antiguo militar, fiel gendarme del liberalismo económico, sostuvo que la entrada de proveedores extranjeros beneficiaría la calidad de los bienes ofrecidos, a la vez que reduciría su coste. Sin embargo, la presencia de antiguos lobbistas de EADS en su campaña para la presidencia de la república levanta serias incertidumbres sobre la honestidad de sus intenciones.

La carrera por agradar a la Air Force ha sido larga pero, sobretodo, costosa. Tanto el consorcio EADS-Northrop Grumman, como la americana Boeing no han escatimado esfuerzos en contentar a sus aliados en el Capitolio. Se calcula que durante el último semestre la sociedad euro-estadounidense ha entregado más de 744.600 dólares en contribuciones de campaña a distintos legisladores a través de sus propias Political Action Committee "PAC" (organizaciones formadas por corporaciones o grupos de interés especial, creadas para recaudar fondos para la campaña de los candidatos). Por su parte, Boeing ha invertido durante los últimos años un promedio de 1.2 millones de dólares en la lid electoral de diversos legisladores. Ambos conglomerados han mostrado su generosidad a los congresistas tanto del ala demócrata como de la republicana, especialmente con aquellos que ocupan importantes puestos en los comités parlamentarios encargados de supervisar la adjudicación de contratos militares. Por otro lado, de acuerdo con el Center for Public Integrity, se han invertido decenas de millones de dólares en contratación de lobbistas profesionales. Más aún, desde hace unos días, Northrop Grumman promueve la formación de un frente común de presión con los proveedores subcontratistas que serían beneficiados en la construcción de los aviones-entre los que se cuenta General Electric, por ejemplo-.  No es de extrañar que nadie quiera perderse esta oportunidad. Se trata de una de las mayores compras realizadas por el Pentágono, con el potencial de que se amplíe la orden hasta alcanzar los 100 mil millones de dólares en aviones.  

Días atrás, según el diario The New York Times, el senador demócrata Max Baucus urgió a sus colegas parlamentarios a realizar una profunda investigación sobre los subsidios estatales que ha recibido la compañía europea, presuntamente violatorios de los acuerdos de la Organización Mundial de Comercio. Existe una disputa entre los dos gigantes aeronáuticos desde 2004 en el seno de dicha organización internacional. Ambas empresas han recibido importantes ayudas de sus respectivos gobiernos en forma de alivio de deudas, tratos financieros preferenciales, etc. 

Seguramente, este incidente será el origen de nuevas tensiones trasatlánticas, tanto en el panorama político como en el económico. Europa ha esperado por años alcanzar este nivel de competencia aeronáutica. Ha esperado como un niño en la vidriera de una pastelería. Hoy, EADS ha logrado por fin entrar de la mano de un veterano insider, la gigante Northrop Grumman. En el capitolio, como es costumbre, se hablará de intereses estratégicos, de seguridad nacional, de patriotismo. De esto y de aquello. Lo cierto es que el industrial military complex –de cuya peligrosa omnipotencia nos advirtió el legendario Eisenhower en uno de sus discursos- es desde hace tiempo un maná de oro que algunos miran con anhelo y que otros se resisten a compartir.

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