Los procesos más relevantes serán iniciados por los afectados por la compra de títulos de deuda basura
A nadie sorprende el hecho de que la crisis de las hipotecas basuras genere en Estados Unidos una verdadera avalancha de litigios judiciales. Sin embargo, ni los más pesimistas se imaginaron el escenario actual. Se cuentan por cientos las demandas presentadas. Un detallado estudio de Navigant Consulting Inc. sobre la realidad estadística de los litigios subprime demuestra que se han iniciado cerca de 448 procesos desde enero de 2007 hasta el 31 de marzo de 2008. Sin duda, una cifra nada usual, especialmente si las comparamos con años anteriores en los cuales el ritmo de acciones judiciales de este tipo ha sido muchísimo menor.
La hipotecas basura no constituyen una práctica nueva en el mercado financiero. Por años, entidades bancarias irresponsables han otorgado créditos a clientes que no cumplen con los estándares mínimos exigidos para la concesión de préstamos. Lo que caracterizó a esta tormenta es el vertiginoso aumento de una práctica poco legítima por parte de los bancos norteamericanos. La necesidad de presentar balances favorables, accionistas exigiendo generosas ganancias y el ánimo cortoplacista de algunos directivos de ciertas empresas financieras fueron varios de los elementos que motivaron el auge del préstamo subprime, particularmente a partir de 2001.
Estas carteras de deuda pobremente garantizadas eran por lo general vendidas a otras entidades, junto con otros productos financieros, contaminando lentamente el sistema. Lógicamente, un día pasó lo que tenía que pasar. Todos se dieron cuenta de que muchas de esas obligaciones eran incobrables, es decir, que no valían nada en la práctica. Ello generó pérdidas para muchas compañías que habían invertido su dinero en estos títulos sin conocer su dudosa procedencia. Así, se desató la debacle.
De acuerdo con Navigant, la mayoría de las acciones relacionadas con los préstamos basura provienen de demandas colectivas presentadas por los propios prestatarios de deuda subprime. Sin embargo, se espera que los procesos más relevantes sean los iniciados por aquellos afectados por la compra de títulos de hipoteca subprime. Se trata de muchos millones de dólares en pérdidas para instituciones de inversión. Exigen ante la justicia ser indemnizados por lo que consideran una traición a la confianza que requiere la operación en los mercados financieros.
Por otro lado se encuentran miles de accionistas de las compañías responsables de emitir y negociar con títulos de hipotecas subprimes. El valor de las acciones de muchos inversores ha decaído gravemente luego de la crisis. En Estados Unidos, la legislación brinda un sinnúmero de recursos legales para que los accionistas de una empresa puedan demandar la indemnización por pérdidas derivadas de prácticas poco transparentes y de dudosa legitimidad por parte de los directivos de las empresas.
Sin duda alguna, como apunta el estudio, lo que se viene es aún peor. Y es que son muchos los perjudicados. Se ha hablado de crear un nuevo molde de regulación, que impida que esto vuelva a suceder. Mucho se puede prometer para el porvenir, pero lo cierto es que, aquí y ahora, son muchos los que han perdido cantidades astronómicas de dinero. De nada les sirve a ellos un nuevo modelo de control y presienten que su única salida es acudir a los tribunales.
