Ya se conoce la sentencia del TC mediante la cual se desestima el recurso de inconstitucionalidad contra la reforma de la Ley Orgánica del TC, que introducía el nuevo modo de designación de los cuatro magistrados propuestos por el Senado y la conocida como “enmienda Casas”.
Se rechazaba así, respectivamente, que la “interposición” de las Comunidades Autónomas en las propuestas de magistrados a formular por el Senado fuera contraria al art. 159 de la Constitución y que la ampliación del mandato de la Presidenta del TC más allá de los tres años que establece el art. 160 de la Carta Magna fuera inconstitucional.
Con ello, la actual Presidenta
del TC, Mª Emilia Casas, seguirá ostentando dicho puesto contando -y
eventualmente ejerciendo- el voto de calidad hasta que se produzca la próxima renovación
de los cuatro magistrados propuestos por el Senado (entre ellos, la propia
Presidenta Casas), cuyo mandato expiró en diciembre de 2007 tras el transcurso
del período de nueve años desde que fueron nombrados en 1998. Si las
negociaciones en el seno de la
Cámara Alta para la citada renovación se revelan tan arduas
como las que se están produciendo entre las grandes fuerzas parlamentarias con
respecto a la renovación del Consejo General del Poder Judicial, no parece que
vaya a ponerse fin en breve a la interinidad de ese tercio de magistrados constitucionales
y de la propia presidenta del TC, que estarán en condiciones de resolver y
decidir sobre asuntos tan importantes que penden ante el TC como la reforma del
Estatuto catalán, la Ley
de matrimonios de personas del mismo sexo, y otros.
En este
contexto, y a la espera de conocer en los próximos días el texto íntegro de la
sentencia constitucional, lo más preocupante al conocerse el fallo radica en
que "se ha cumplido el guión" del que venían haciéndose eco los medios de
comunicación, es decir, que dicha sentencia se ha adoptado por la mayoría de
los cinco magistrados calificados como "progresistas" (Elisa Pérez Vera,
Eugenio Gay Montalvo, Pascual Sala Sánchez, Manuel Aragón Reyes y Pablo Pérez
Tremps) con el voto particular discrepante de los otros tres magistrados
catalogados como "conservadores (Conde Martín de Hijas, Delgado Barrio y
Rodríguez Arribas), con una formación "histórica" del pleno del TC compuesto
por sólo ocho magistrados tras la abstención de la Presidenta y del Vicepresidente
y la recusación de otros dos magistrados.
La
cuestión, ahora, resulta de lo más inquietante: ¿seguirá "cumpliéndose el
guión" en los importantes asuntos pendientes de resolver ante el TC tras esa
politización sin precedentes del Alto Tribunal polarizado en seis magistrados
"progresistas" frente a seis magistrados "conservadores" con el voto de calidad
de la Presidenta en funciones? ¿Lo previsible dejará de ser decepcionante, o
habrá margen para la "sorpresa" de un ejercicio "independiente" de las funciones
de magistrado constitucional? … ¿Algo nuevo bajo el sol? Sólo el tiempo lo
dirá.