- Es el momento de transformar la abogacía y su modelo de gestionar las relaciones de sus abogados y sólo hay un camino: el bienestar
- Lamentablemente el estrés se ha convertido en la enfermedad mental de este siglo
Atrás quedaron los tiempos en los que el bienestar se consideraba trivial, “marketing cosmético” o totalmente ajeno a los negocios. Hoy puede escribirse en mayúsculas. Y también en el sector legal, aunque con cotas de satisfacción profesional muy limitadas. Así se desprende del I Estudio sobre la Salud y Bienestar de la Abogacía Española, elaborado por Lefebvre y el Instituto de Salud Mental de la Abogacía, a través de una encuesta a más de 700 abogados, con cifras tan alarmantes como las siguientes:
- Aunque el 75 % de los abogados está satisfecho con su carrera, 3 de cada 10 escogerían otra si pudiesen volver atrás
- El 80 % sufre estrés, pues la mayoría vive en permanente estado de alerta por la intensa competencia, las maratonianas jornadas, la hiperconectividad, la cultura de la inmediatez o las multitareas asumidas y sobrecarga de trabajo.
- El 82 % reduciría su jornada y sueldo a cambio de una mayor calidad de vida para poder conciliar.
- Tras el estrés, el segundo factor de riesgo para la salud es el sedentarismo. La falta de ejercicio físico lleva a que la mayoría lo considere como un riesgo elevado (45,1 %) o muy elevado (15,3 %) para su salud. Y el 65,8 % afirma que el sobrepeso también supone un peligro para su vida.
No es sólo un problema de nuestro país. Según un informe publicado en 2018 por Iberian Lawyer sobre abogados que trabajan en firmas de España y Portugal, 8 de cada 10 encuestados han sufrido personalmente o tienen compañeros que han padecido trastornos mentales en algún punto de su carrera,provocados o con consecuencias comola ansiedad y el estrés (79 %), la depresión (69 %), el alcoholismo (27 %), intentos y pensamientos de suicidio (9 % y 5 % respectivamente), la ingesta de sustancias ilegales (9 %) y el consumo de medicamentos (9 %).
Y la misma realidad en otras jurisdicciones como la inglesa o americana, con estudios como el de Law Care o la Encuesta de la American Bar Association Commission on Lawyer Assistance Programs y la Fundación Hazelden Betty Ford, que ponen de manifiesto que el 21-36 % de los abogados son bebedores problemáticos, el 28 % bebedores y sufre depresión, el 19 % sufre ansiedad, el 23 % sufre estrés y el 0,7 % ha intentado suicidarse.
Lamentablemente el estrés se ha convertido en la enfermedad mental de este siglo. Según la OMS, 1 de cada 10 habitantes sufre hoy sus síntomas, por lo que ha incorporado el estrés crónico en el trabajo o “burn-out” en la Clasificación Internacional de Enfermedades. «La gente estresada tarda entre dos y tres veces más en hacer cosas. Si sé que existe una firma con gente descansada, les confiaría mi empresa, ya que ofrece más valor por el dinero», apuntó recientemente Geoff Bird, un neurocientífico cognitivo de la Universidad de Oxford que conciencia a los bufetes sobre el efecto de la falta de sueño sobre la salud mental y el bienestar físico.
Los factores estresores en la abogacía generan una significativa falta de atención que dificultan centrarse, generan un estado de constante hiperactividad, mala calidad de vida y, consecuentemente, improductividad.
En este escenario, el bienestar irrumpe con fuerza para alcanzar la sostenibilidad de la profesión. El wellbeing no es una moda, sino una necesidad que repercute en la atracción y retención de talento, reducción de gastos de enfermedad y absentismo, mejora del clima laboral, del vínculo de pertenencia con la firma, de la imagen de marca y, en definitiva, de la cuenta de resultados. Según la OMS, por cada euro que dedicado a programas de salud hay un retorno de 3,5 euros para la compañía. Desde el momento en que esta realidad ha comenzado a medirse en términos económicosy tiene impacto directo en el negocio, el sector está implementando programas que convierten a sus organizaciones en saludables y permiten a sus abogados “prosperar en su salud emocional, consecución de objetivos, realización de esfuerzos creativos o intelectuales, sentido de espiritualidad o de objetivos en la vida, disfrute de salud física y establecimiento de conexiones sociales con otros” según el Informe Creating a Movement To ImproveWell-Being in the Legal Profession de la ABA.
El bienestar como motor
También hay que considerar que hemos entrado en una era más humana. La dinámica y la “nueva normalidad” a la que nos ha traído la COVID-19, nos ha hecho resignificar el ser genuinos y dar más peso a los valores. No podemos disfrazar ni hacer oídos sordos de las emociones y los discursos de los despachos deben corresponderse con la realidad de sus acciones. Los nuevos liderazgos y profesionales de alto rendimiento crecen desde el bienestar, la consciencia del ser y la consideración de nuestra condición humana en conexiónabsoluta con nuestro entorno, en ecosistemas colaborativos y en los que la salud es valorada más allá de parámetros médicos.
El bienestar esun gran motor de transformación social y económica. Las firmasson conscientes y han trasladado el concepto de healthy habits a la vida diaria de sus profesionales, traduciéndose en la sostenibilidad más transversal de su negocio.
Hay un gran cambio de mentalidad promovido por las nuevas generaciones que quieren una vida plena, que apuestan por el valor de los intangibles, del salario emocional y de la realización. El objetivo es claro, queremos producir más y vivir mejor. Por lo que es el momento de transformar la abogacía y su modelo de gestionar las relaciones de sus abogados y sólo hay un camino: el bienestar.
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