Para Juan Luis Díez Calleja, Socio responsable de Recursos Humanos de Deloitte "La gestión del capital humano es fundamental para encontrar soluciones a la actual situación".
Teóricamente los líderes comparten una serie de rasgos de personalidad y características comunes: el liderazgo surge a partir de estas características. Primero se pensaba que el liderazgo es una cualidad innata, instintiva, que se tiene o no tiene. Afortunadamente se ha superado este enfoque y contamos con que se puede hacer desarrollar a los individuos cualidades de liderazgo.
Aunque un líder puede hacerse a partir de potenciar ciertos rasgos que apuntan a ello o trabajar para limar las cosas que nos separan de esa aptitud que se quiere alcanzar, hay algunas cualidades que son útiles de base y, en conjunto, éstas emergen como un estilo de liderazgo generalizado.
Algunos ejemplos son:
- la empatía,
- la asertividad,
- la toma de buenas decisiones, y
- la simpatía.
Sin embargo, ninguno de estos rasgos ni ninguna combinación de ellos garantiza el éxito como líder. Antoni Gutiérrez-Rubí, asesor de comunicación, opina que efectivamente "no se trata ya de alcanzar nuevas habilidades de carácter técnico sino de adquirir nuevas competencias: actitudes, valores morales, éticos y personales, feminización del discurso y de la acción".
José Manuel Casado, ex-Socio Director de Accenture, responsable del área de Talent & Organization Performance, incide en lo personal más que en lo técnico. Nos ha comentado que "suele ocurrir que a muchos abogados se les promociona por su conocimiento técnico y no porque tengan dotes especiales de influencias sobre equipos: He visto en despachos muchos egos gigantes, gente que confunde persona con personaje; y eso desde luego es muy nocivo para el liderazgo".
Las empresas, los despachos, necesitan líderes, pero no sólo en los puestos más elevados. Los puestos intermedios y básicos también necesitan personas con un carácter definido, porque se trata de organizar equipos. Juan Luis Díez Calleja, Socio responsable de Recursos Humanos de Deloitte, "en un entorno como el actual donde la coyuntura económica está marcando la agenda de las empresas y la competitividad entre los Despachos es cada vez mayor, la gestión del capital humano es fundamental para encontrar soluciones a la actual situación".
Los líderes eficaces tienen la sagacidad para ver lo que hay que hacer, y motivar y animar a los abogados para llevar a cabo la tarea de manera excelente. Con gran capacidad de liderazgo será mucho más fácil construir un despacho fuerte, respetado y próspero.
Más que rápidos, resolutivos
Los responsables que hoy se enfrentan con una decisión importante ya no pueden esperar un informe: lo que hace pocos años había que responder por correo ordinario o esperar a concertar una reunión hoy se hace por email o por teleconferencia.
Ya no se busca sólo la mejor solución, sino también la más rápida y que más una intereses de todos los implicados en ella. El líder ha de saber identificarla y verbalizarla. En consonancia con esto, las nuevas formas de organización cada vez más comunes se basan en la autoorganización.
Fernanda Escobar, responsable de marketing y desarrollo de negocio en Allen y Overy nos dice que "la base de toda relación es la confianza y ésta se nutre de la comunicación. Para maximizar el potencial de la gente es necesario fomentar una relación fluida que lleve a la coordinación de las acciones y a la coherencia entre los mensajes. Las relaciones sólidas, las relaciones de confianza son profesionalmente muy gratificantes y estables".
