La jurídica sigue cargando con el estigma de ser una profesión opaca al cambio y a la innovación con respecto a sus modelos y procesos tradicionales de trabajo. Se trata de un marchamo en gran medida merecido, fruto de haberse quedado rezagada con respecto a otros sectores a la hora de dejar de hacer las cosas como se vienen haciendo desde hace décadas. Sin embargo, durante los últimos años estamos asistiendo a una inversión de este modelo conservador, gracias a la irrupción de cada vez más profesionales pioneros a la hora de implementar nuevas soluciones Legaltech que les ofrezcan una ventaja competitiva.
Así, cada vez son más los despachos de abogados, las asesorías jurídicas de empresa y los departamentos jurídicos de la Administración que han dado el salto para transformar sus organizaciones de forma integral, convirtiéndose en referentes como pioneros en una profesión que, en gran medida, sigue concibiendo la transformación digital más como una obligación que como una oportunidad para lograr una ventaja competitiva dentro del sector.
Al contrario de lo que aún opinan algunos, el Legaltech va mucho más allá de la mera digitalización de los documentos. Es, como hemos adelantado, un cambio cultural en toda regla que rompe con la forma de trabajar tradicional para lograr ser más eficiente. Su implementación se traduce por tanto en eficiencia y, esta, en un retorno de la inversión cuantificable en ahorro de tiempo e incremento de los ingresos.
Un análisis del actual statu quo del grado de transformación digital de la profesión arroja las siguientes conclusiones:
• El sector legal en general y los profesionales jurídicos en particular, no ha sido pionero en materia de adopción de la tecnología en sus procesos de trabajo. Se ha quedado en este ámbito más rezagado que otros sectores, en la artesanía, es decir, en seguir haciendo las cosas como las venían haciendo desde hace décadas.
• Sin embargo, la velocidad, el dinamismo del cambio en la innovación tecnológica, implica una brecha competitiva cada vez mayor entre quienes implementan las nuevas herramientas y quienes siguen anclados en el pasado. No podemos seguir haciendo siempre lo mismo y pretender que el resultado sea diferente.
• Los profesionales tienen que dar este salto hacia un proceso de transformación digital que genere un valor agregado al cliente y que potencia la inteligencia organizacional.
• La transformación digital tiene una doble vertiente y una misma consecuencia: aquellos profesionales que no se transformen al mundo digital no podrán sobrevivir. Por el contrario, los profesionales capaces de ajustarse a las nuevas realidades del mercado y de rediseñar sus enfoques de servicio al cliente, precios, procesos legales de trabajo, gestión del talento y estructura general, gozarán de una enorme ventaja competitiva. Además, cuando hablamos de transformación digital lo debemos hacer desde una doble óptica:
- La transformación digital interna permite optimizar los procesos de trabajo para lograr los máximos niveles de eficiencia mediante la integración de las tareas y la mejora de la gestión de sus recursos internos.
- La transformación digital hacia el cliente genera para este un valor agregado. Los clientes son en ocasiones más digitales que los profesionales del Derecho, por lo que estos deben encontrar maneras de adaptarse eficazmente a las condiciones competitivas de un mercado en constante evolución o corren el riesgo de una mayor erosión de sus posiciones en el mercado.
En consecuencia, la transformación digital, que toma cuerpo en las herramientas jurídicas de nueva generación, se ha convertido en una necesidad para los despachos de abogados.
