La XIV Cumbre Judicial Iberoamericana quiso mirar hacia Europa e invitó a las principales redes del Poder Judicial Europeo a mirar hacia Latinoamérica.
Tradicionalmente, las acciones de concertación, cooperación e intercambio de experiencias y buenas prácticas en el sector justicia Europeo y Latinoamericano se han desarrollado en el contexto bilateral y ,fundamentalmente, a partir de los países de la región sur de Europa, especialmente Francia, España y Portugal, aunque también se han involucrado otros países del área europea.
El programa EUROsociAL, y más concretamente, el proyecto EUROsociAL justicia, ha significado un esfuerzo muy importante para establecer un marco de cooperación técnica multilateral, compartiendo experiencias y buenas prácticas entre los sectores de la justicia de ambas regiones.
Es precisamente en este contexto donde la XIV Cumbre Judicial Iberoamericana vio en EUROsociAL una oportunidad inmejorable para construir un puente seguro y perdurable entre las dos áreas, que garantice un flujo continuo de intercambios de información y conocimiento que redunde en la mejora de los respectivos sistemas de justicia. Una oportunidad que en su momento fue expresada a los responsables de EUROsociAL justicia y que, tras encontrar una inmejorable acogida, se ha transformado recientemente en resultados concretos que permiten augurar un futuro prometedor para esta iniciativa.
Los pasados días 6, 7 y 8 de mayo se ha reunido por primera vez la denominada "Comisión Conjunta entre Poderes Judiciales Europeos y Latinoamericanos", creada a partir de un esfuerzo coordinado, desarrollado por la Cumbre Judicial Iberoamericana y la Red Europea de Consejos de la Judicatura.
La Comisión pretende ser un espacio o punto de encuentro institucional, de coordinación, de diálogo y devenir en una comunidad de conocimiento y experiencias entre las dos redes mencionadas. Por un lado la Cumbre, que aglutina a todas las Cortes Supremas y a los Consejos de la Judicatura allá donde existen, de los países de la Comunidad Iberoamericana de Naciones más al Tribunal Supremo del Estado Libre y Asociado de Puerto Rico; y por otro, la Red Europea de Consejos de la Judicatura, que está formada por instituciones nacionales en los Estados miembros de la Unión Europea, independientes del poder ejecutivo y del poder legislativo, cuya función es apoyar a los miembros del Poder Judicial en su labor de administración de la justicia de forma independiente.
Tal y como quedó configurada en sus normas de constitución y funcionamiento aprobadas por la Cumbre y por la Red Europea de Consejos, esta Comisión Conjunta está formada por siete miembros, procedentes en su primer mandato de los siguientes países: Argentina, Brasil, El Salvador, España, Francia, Italia y Portugal. Todos sus miembros son integrantes de Cortes o Consejos de sus respectivos países y tienen una amplia experiencia en el área internacional.
Asimismo, en el marco de esta primera reunión fue elegido Presidente de la Comisión el Ministro Presidente del Superior Tribunal de Justicia de Brasil, Cesar Asfor Rocha, el cual expresó su determinación por liderar de manera eficaz este proceso de arranque de la experiencia.
Hoy por hoy, la Comisión no es más que un instrumento sin parangón entre los sectores de la justicia latinoamericana y europea, que ofrece ciertamente grandes posibilidades, pero que hay que llenar de contenido. Es precisamente a este último cometido al que los comisionados han dirigido sus esfuerzos en este encuentro recientemente celebrado en Madrid. Fruto de esta reunión ha surgido un primer "plan de acción" que permitirá empezar a trabajar sobre bases sólidas que aseguren el cumplimiento de los objetivos y la sostenibilidad. Este "plan de acción" prevé cinco ejes estratégicos sobre los que la Comisión encaminará sus primeros pasos:
1) Información,
2) Trabajo Compartido,
3) Financiación,
4) Relaciones Institucionales,
5) Estructura Orgánica.
Estos cinco ejes, referidos a diversos aspectos, podrían en aras a la simplificación expositiva integrarse en dos grandes capítulos:
a) acciones derivadas de la misión y visión estratégicas
b) acciones de fortalecimiento y sostenibilidad de la estructura creada.
En efecto, la visión con la cual se opera no es sino la de dos comunidades de países amigos unidos inicialmente por vínculos históricos y culturales y que comparten valores comunes, así como un amplio espectro de relaciones sociales, económicas y también jurídicas y que pretenden ahora alcanzar un flujo continuado de intercambios de experiencias y buenas prácticas entorno a sus sistemas de justicia, con una finalidad básica: servir de manera más eficaz a sus respectivas ciudadanías. En el fondo, es la idea base que subyace en todo el proyecto EUROsociAL: compartir. Compartir para enriquecernos y progresar juntos.
Sobre la base de esa visión, está claro que el cometido o misión que tienen ahora encomendado los comisionados es el de establecer los mecanismos, procedimientos e iniciativas a través de los cuales ese flujo continuo de intercambio deberá producirse. Y es en ese sentido que, en el plan de acción inicial, se ha previsto establecer un sistema web compartido que permita intercambiar, en tiempo real, toda la información y documentación que se genera desde las dos redes fundadoras. Igualmente, se ha previsto establecer procedimientos a través de los cuales se podrán asociar expertos de una de las redes a los grupos de trabajo de la otra, así como la organización de seminarios periódicos conjuntos.
Por otra parte, los miembros de la comisión se han propuesto mantener contactos periódicos, a través de las facilidades que la videoconferencia ofrece para ello. Estos contactos permitirán hacer un seguimiento próximo de la marcha de las actividades de la Comisión así como de la evolución de nuestros sistemas de justicia y de la de los principales retos a los que se enfrentan.
Y todo esto, bajo el liderazgo de un Presidente profundamente comprometido en el proyecto, D. Cesar Asfor Rocha, que estoy seguro no va a regatear esfuerzos para que la Comisión sea un proyecto vivo y puntero, a través del cual fluyan la ideas, las experiencias y las lecciones aprendidas de uno a otro lado del Atlántico, asegurando así el progreso de la justicia que garantiza nuestros derechos y nuestras democracias.
Pero al lado de todas estas iniciativas, la Comisión deberá también trabajar duro en esta primera fase para asegurar su propia estructura y sostenibilidad. Aspectos como el financiero y el orgánico no pueden descuidarse, y en ese empeño, no puede fallar el apoyo de las redes generadoras: la Cumbre Judicial Iberoamericana y la Red Europea de Consejos, así como el de las instituciones que las integran.
Igualmente, cabe esperar que la Unión Europea vea en este esfuerzo de colaboración expresado al más alto nivel, uno de los referentes para la cooperación con el sector justicia latinoamericano. Qué duda cabe de que la Comisión viene en cierto modo a institucionalizar la metodología EUROsociAL, asegurando así el mejor de los impactos que podrían obtenerse por parte de este proyecto. A su vez, deseamos que la Red de Presidentes de Tribunales Supremos de la Unión Europea visualice en la nueva comisión las mismas potencialidades que las redes fundadoras han visto en ella y estudie la posibilidad de sumarse a este proyecto.
Europa y Latinoamérica han demostrado una vez más que sus destinos tienen numerosos puntos en común y, esta vez, han sido los poderes judiciales en su máxima representación y sus instituciones de gobierno quienes han dado un paso más, sentando las bases para un diálogo permanente y enriquecedor. Es así pues, como las dos regiones potencian recíprocamente sus capacidades para generar nuevas políticas públicas para el sector justicia sobre las cuales edificar desde el presente la justicia del futuro.