El mercado legal, en su conjunto, ha cambiado enormemente en los últimos años, más aún si tenemos en cuenta lo acaecido este último año, caracterizado por la convulsa situación. Todos los cambios producidos a nivel social y económico se han visto reflejados en los operadores del sector legal, que han tenido que adaptarse rápidamente a estas nuevas circunstancias.
Como parece obvio, para el año que entra seguiremos siendo sujetos (esperemos que activos y no pasivos) de esta corriente hacia la novedad e innovación, totalmente necesaria para poder estar a la altura de lo que el mercado requiere. La sociedad ha cambiado y, por tanto, lo que los despachos de abogados ofrecen, necesariamente ha de cambiar. En LABE pretendemos estar a la altura y eso, en un mercado cada vez más exigente, sólo se consigue desde la vanguardia de la innovación.
Algo que no parece tan obvio para muchos es que los servicios legales siempre van a ser demandados, pero realmente lo es. Siempre serán necesarias soluciones legales ante problemas, por mucho que se hable de crisis. Lo que varía es la manera de ofrecer esas soluciones legales. Y esto es algo que no todos los despachos tienen presente.
Por mi parte, en cuanto a la visión del mercado legal de LABE para el año venidero, he de decir que predeciblemente se seguirá apostando por las siguientes acciones:
1. Innovación en valor. El despacho tiene que ofrecer alguna solución innovadora para el cliente que puede ir desde el Legaltech con, por ejemplo, el uso de herramientas de justicia predictiva, hasta el disruptivo cambio a la hora de prestar servicios de asesoría o, mejor dicho, formar alianzas con el cliente. En LABE apostamos por esta última, ofreciendo un servicio integral 360º al cliente, convirtiéndonos en su Key Partner y dejando atrás, definitivamente, la ya obsoleta visión del despacho tradicional.
2. Inversión en Comunicación que, desde luego, se trata de un valor añadido tanto para la empresa como para el cliente. Hoy en día estamos desbordados de información y de excesivos impactos publicitarios, de modo que en LABE intentamos ser respetuosos en este sentido, apostando por una estrategia de comunicación no agresiva y efectiva.
3. Es extremadamente importante, además, la inversión en formación digital de los empleados. El mercado en general ya estaba encaminado hacia la digitalización, proceso que, además, se vio rotundamente acelerado por la pandemia. La transformación digital es absolutamente imprescindible, requiriendo nuevas habilidades por parte de los empleados.
4. Otra tendencia del sector legal por la que estamos apostando es la progresiva inclusión de métodos alternativos de resolución de conflictos; es decir, apostamos por el arbitraje, la mediación y la negociación en lugar de acudir en todos los casos a los tribunales. Estos métodos de resolución de conflictos son más rápidos y más baratos, siendo nuestra experiencia un mayor nivel de satisfacción del cliente.
Nuestro mercado está compuesto por empresas, siendo las áreas del derecho mercantil, fiscal y laboral, todo ello desde el punto de vista empresarial, las principales en las que operamos. Pero, como he comentado, en LABE ofrecemos servicios 360º, de modo que esa clásica distinción ya no es tan útil como antaño. Desde luego, el mundo empresarial se ha visto tremendamente afectado por todos los cambios en este último año y así seguirá siendo para el 2021. Y con esta impredecibilidad que impregna la nueva realidad, tenemos que estar preparados para importantes cambios legislativos, económicos y sociales.
Nuestra principal fortaleza ante esta crisis fue la inmediata adaptación al cambio, cosa que ha sido posible gracias a la elevada cualificación de nuestros profesionales, que han estado a la altura, de lejos, de lo que las circunstancias requerían. El capital humano es fundamental para que la firma crezca, ofreciendo unos servicios que satisfagan plenamente al cliente. En LABE la orientación y vocación de servicio al cliente es fundamental y todos nuestros profesionales se han tomado esa máxima con absoluta rigurosidad y en todas las circunstancias y etapas vividas.
Por su parte, los principales retos que se han planteado han estado relacionados con la adaptación a las nuevas formas de trabajar de una forma totalmente brusca. Y hay otro factor a tener muy en cuenta y que incluso puede dar reparo mencionar, pero un reto real ha sido el de transmitir confianza al cliente cuando se ha visto paralizado por una situación de pánico ante la realidad que hemos vivido. Muchas empresas se han visto afectadas por la crisis y desde LABE hemos intentado lidiar con esas situaciones de la manera más humana posible, ofreciendo soluciones como si fuesen para nosotros mismos, pues nos tomamos tanto las victorias como los fracasos de nuestros clientes como si fuesen propios, compartiendo sus mismos riesgos. Ello ha contribuido, sin duda, a la solidez de nuestras relaciones.
