Oscar Wilde es uno de los escritores más famosos. También es el protagonista de una serie de juicios en los que paso de acusador a acusado y finalmente a condenado con ingreso en prisión. En el mundo de la ópera su papel es relevante al ser el autor del texto que tomó Richard Strauss para su genial “Salome”. Prokofiev, Zemlinsky y otros compositores también se basaron en sus obras.
Oscar Wilde mantenía una relación homosexual con un hombre llamado Bossie. El padre de Bossie, el marqués de Queensberry, se oponía a la relación. En febrero de 1895, el marqués dejaba en el Albemarle Club una nota dirigida al novelista que tan solo decía: “Para Oscar Wilde, ostentoso sodomita”.
El autor leyó la nota. Se fue a ver al abogado Charles Humphreys para pedirle que demandara a Queensberry. El abogado le preguntó si existía algún asomo de verdad en la alegación de sodomía, a lo que Wilde replicó que no. El abogado se dirigió al tribunal de primera instancia de Great Marlborough Street para solicitar una orden de detención. A la mañana siguiente, Queensberry era arrestado.
El día de la vista, el juzgado de Old Bailey, rebosaba de un público exclusivamente masculino. Wilde estaba decidido a ser su principal actor. Desde el principio sus respuestas sonaron a ocurrencias graciosas, pero el juez no tardó en cortarle. La vista terminaría con el magistrado dictando auto de procesamiento contra Queensberry.
Tras aquel resultado, los abogados del marqués contrataron a un detective, en busca de alguna prueba que justificara la acusación vertida sobre Wilde. En el alegato de justificación de Queensberry se le acusaba de inmoral y de tener tendencias sodomitas. Además, se presentaban contra él catorce cargos de ultraje contra la moral pública que, si se demostraban, conllevarían su arresto inmediato.
El abogado de Queensberry, Edward Carson, interrogó a Wilde. El momento de más tensión llegó cuando Carson le preguntó sin rodeos: “¿Alguna vez ha experimentado un sentimiento de adoración desmedida por una persona hermosa de sexo masculino muchos años más joven que usted?”. Wilde contestó: “Nunca he sentido adoración por nadie que no fuera yo”.
A la mañana siguiente, las preguntas de Carson apuntaban directamente a la vida privada del artista. Las pesquisas del detective habían sacado a la luz terribles revelaciones.
Finalmente, el viernes 5, y siguiendo el sabio consejo de su letrado, Wilde interrumpía el convincente discurso inicial de Edward Carson para retractarse de la acusación. Pero ya era demasiado tarde. El jurado se reunió durante unos minutos antes de declarar que el contenido de la nota escrita por Queensberry era cierto, y que, en consecuencia, el acusado era inocente.
Nada más acabar el juicio, el absuelto marqués de Queensberry dio orden de enviar las declaraciones de los testigos al fiscal que decidió actuar de inmediato ante la gravedad de la información y ordenó arrestar a Wilde.
El primer juicio contra Oscar Wilde tuvo lugar tres semanas después de que fracasara su demanda por calumnia. Los abogados de la acusación utilizaron ampliamente las pruebas recogidas contra el artista, y el desfile de testigos ante el tribunal constituyó todo un espectáculo. Se trataba principalmente de prostitutos y chantajistas, así como de personal que trabajaba en los hoteles que Wilde había utilizado.
El segundo juicio fue dirigido por Frank Lockwood, subfiscal de la Corona que utilizó su alegato final para describir lo que Wilde vería como una “horripilante denuncia”. Tras tres horas de deliberación, el jurado declaró a Wilde culpable de todos los cargos. El juez dictó una condena de dos años de trabajos forzados por ultraje a la moral pública. Tras dos años en prisión, en mayo de 1897, Wilde fue puesto en libertad.
En el ámbito de la ópera destacamos en primer lugar “Salome”. Strauss quedó fascinado con el texto de Wilde y lo utilizo para su genial ópera, una de las mejores de la historia. Fue estrenada con gran escándalo en Dresde en 1905. Inicialmente fue prohibida en Londres y no pudo ser estrenada hasta 1910 en una versión modificada. En Nueva York fue estrenada en 1907 pero tras el estreno fueron canceladas todas las funciones que tenía que haber dirigido el propio Strauss. Gustav Mahler, amigo de Strauss, intentó representarla en la ópera de Viena pero no lo consiguió. No sería representaba hasta 1918 ya muerto Mahler.
El otro gran compositor que se basó en Wilde para una ópera es Prokofiev (1891-1953) con “Maddalena” escrita en 1912 con 21 años. Está basada en “Una Tragedia Florentina” de Wilde.
El tercer compositor significativo es Zemlinsky (1872-1942).Sus óperas “Una tragedia Florentina” (1917) y “El Enano” toman textos de Wilde.
Otras óperas basadas en Wilde son “La Importancia de llamarse Ernesto” de Barry (2011), “El retrato de Dorian Gray” de Lieberman (1996), “The Canterville Ghost” de Knaifel (1966) y “The Nightingale and the Rose” (1990) de Firsova.
Cerramos con una de las mejores películas de ópera de la historia, “Salome” con dirección musical de Karl Bohm.