Arthur Schopenhauer (Danzig 1788- Fráncfort 1860) es una de las personalidades filosóficas más brillantes de la historia. El mundo como voluntad y representación, la obra más notoria del filósofo, constituye un hito del pensamiento de todas las épocas. Es uno de los primeros filósofos que se declaró abiertamente ateo.
Sus obras han influido decisivamente en personalidades como Nietzsche, Wittgenstein, Einstein, Freud, Jung, Tolstoi, Baroja, Unamuno, Borges, Juan Carlos Onetti, Wagner y George Balan.
Para Schopenhauer, la tragedia de la vida surge de la naturaleza de la voluntad, una fuerza que domina nuestro interior y que la razón no controla. La voluntad incita al individuo hacia la consecución de metas sucesivas. Pero ninguna de ellas puede proporcionar satisfacción permanente.
La concepción de la voluntad como “naturaleza” o sustancia última, se opone al esquema ilustrado del hombre guiado por el principio de racionalidad. El hombre se engaña al considerar el deseo como previamente racionalizado y elegido.
La voluntad nos lleva a acciones que la razón nos dice que no son correctas.
Schopenhauer tuvo un litigio judicial. El 12 de Agosto de 1821 en Berlín el filósofo regresó a su apartamento tras pasear con su perro. El piso tenía una pequeña antesala que era un espacio privativo suyo. Schopenhauer, como nos relata Luis Fernando Moreno Claros en Schopenhauer, una biografía (página 268) se encontró a tres vecinas en su antesala charlando mientras cosían.
El filósofo mando llamar a la casera para quejarse de la evidente violación de su derecho pero no la localizaron. Fue el mismo quien conminó a las mujeres a abandonar aquel lugar cuyo derecho de uso le pertenecía. Dos de ellas se fueron. Una tercera, Caroline Louise Marquet, de 47 años y costurera de profesión, rehusó marcharse aduciendo que ella era “una persona honesta” y que no tenía por qué irse si no estaba haciendo nada malo.
Schopenhauer entró a su apartamento. Cuando volvió a salir la vecina seguía sentada. El filósofo le ordenó con brusquedad que se fuera. La mujer se resistió con vehemencia. Schopenhauer reacciono de forma violenta. La empujó hacia las escaleras. La mujer resbaló y cayó escaleras abajo.
Aparentemente la agredida no se fracturo ningún miembro pero armo un gran alboroto diciendo que iba a presentar denuncia. Efectivamente al día siguiente acudió al juzgado de Berlín y presento denuncia por injurias y lesiones físicas. Acusaba a Schopenhauer “de haberle propinado una paliza con su bastón después de arrastrarla y arrojarla por las escaleras”, En la denuncia también indicaba que “le había roto el vestido, pateado y golpeado con los puños”. En lo que se refiere a las injurias le acusaba de haberla llamado “vieja bruja”.
Se celebró el juicio el 1 de Marzo de 1822. La sentencia fue favorable a Schopenhauer. Se le exculpaba de las lesiones y malos tratos y se condenaba a la denunciante a pagar las costas.
La costurera busco un abogado y presento recurso de apelación. Schopenhauer decidió defenderse solo sin abogado. El letrado apelante supo dar un giro al caso y consiguió obtener una sentencia favorable tres años después de la de instancia. El filósofo fue condenado a pagar a la agredida una pequeña pensión vitalicia de 15 taleros trimestrales durante 20 años. La denunciante murió justo cuando transcurrió el tiempo fijado.
En su libro Luis Fernando Moreno Claros dice que la sentencia quizás fue injusta. En una conferencia en la Fundación Juan March en Madrid manifestó de forma más contundente que analizadas las actas del juicio Schopenhauer fue condenado injustamente. En la charla indico que hubo testigos falsos.
Es evidente que Schopenhauer era una persona arrogante con un claro sentido de superioridad sobre los demás. Esto no debió ayudarle en la vista de la apelación y fue un error acudir sin abogado.
En lo que se refiere a la música Schopenhauer la sitúa como lo que más nos puede aportar en la vida. Fue una influencia decisiva para la revolución wagneriana. Tristán e Isolda y El Anillo del Nibelungo son óperas de filosofía schopenhaueriana.
También es esencial Schopenhauer para uno de los grandes musicólogos de la historia, el alemán de origen rumano, George Balan (1929-2022) autor de 120 libros esenciales para entender la música y fundador de Musicosophia, la escuela de escucha musical consciente. El propio Balan manifestó que Musicosophia no hubiera sido posible sin Schopenhauer.
Cerramos con una frase de nuestro querido y admirado filósofo. “Después de haber meditado largo tiempo acerca de la esencia de la música, os recomiendo el goce de este arte como el más exquisito de todos. No hay ninguno que obre más directa y hondamente, porque no hay ningún otro que revele tanto la verdadera naturaleza del mundo. Escuchar grandes y hermosas armonías es como un baño del alma: purifica de toda mancha, de todo lo malo y mezquino, eleva al hombre y le pone de acuerdo con los más nobles pensamientos de que es capaz, y entonces comprende con claridad todo lo que vale, o más bien, todo lo que pudiera valer”.
El link es una conferencia de Luis Fernando Moreno Claros. En los minutos 31 a 34 habla del proceso judicial.