“Una persona inteligente resuelve un problema. Una sabia lo evita”
A. Einstein
Desde el comienzo de la crisis sanitaria, social y económica provocada por el COVID-19, han sido múltiples las voces que desde diferentes foros; tanto jurídicos, como empresariales y sociales han apuntado la conveniencia de la mediación como instrumento idóneo para contribuir a la resolución de los múltiples conflictos debidos a circunstancias como; reajustes e incumplimientos contractuales o de resoluciones judiciales causados por el complejo contexto del COVID-19.
La conveniencia estratégica de la promoción de la mediación para dar una respuesta a los diferentes conflictos en este momento se fundamenta en primer lugar en que la mediación aporta un marco flexible, riguroso, dialogado y responsable a través del cual las partes puedan canalizar los conflictos, ajustes, incumplimientos y desacuerdos en los diferentes órdenes y encontrar soluciones que de otra manera sería más difícil alcanzar. En este proceso, las partes contarán con la ayuda de mediadores para encontrar las soluciones más adecuadas, prácticas, satisfactorias y eficaces, que tengan en cuenta el contexto actual, las necesidades presentes y futuras de las partes, así como el mantenimiento de las relaciones (personales, familiares, laborales o mercantiles) entre ellas. Todo ello sin olvidar que la mediación reduce los costes económicos, emocionales, reputacionales y de tiempo de las partes en la gestión del conflicto.
En segundo lugar, el recurso a la mediación entre las partes, puede mitigar el daño que el aumento de la litigiosidad podría causar. La judicialización de esta gran cantidad de conflictos como única opción, unida a las consecuencias de la paralización de la actividad judicial durante los meses del estado de alarma se prevé que tenga un reflejo en el sistema judicial con el consiguiente riesgo de colapso judicial en los diferente órdenes jurisdiccionales.
En consecuencia, la promoción de un sistema colaborativo de solución de conflictos como la mediación, y complementario a la jurisdicción, puede atenuar la sobre-judicialización de los conflictos y contribuir a la construcción de una sociedad capaz de gestionar sus conflictos de manera más positiva, autónoma y responsable.
Destacamos algunas de las iniciativas más relevantes que han tenido lugar en este periodo en el ámbito de la mediación:
- El Consejo General del Poder Judicial, en su Propuesta de “Plan de Choque en la Administración de Justicia tras el Estado de Alarma” aprobado por el pleno el 16 de junio de 2020, propone uno de los ejes de actuación a través del establecimiento de medidas sobre solución extrajudicial de conflictos, con el propósito de encauzar cada conflicto a través del método que resulte más idóneo, y que puedan extenderse a todos los órdenes jurisdiccionales y a todas las fases del proceso.
El CGPJ propone un conjunto de medidas de carácter general (derivaciones judiciales a mediación, sesiones informativas y mediaciones por medios telemáticos/electrónicos, unificación de un modelo de prestación de servicios de mediación intrajudicial y otras específicas para los distintos órdenes, promoción de la mediación intrajudicial, inclusión de la mediación en las estadísticas judiciales, campaña de concienciación dirigido a la ciudadanía, entre otras). También propone otras medidas en los ámbitos específicos civil y mercantil, familia, penal, contencioso-administrativo y social.
- El Ministerio de Justicia ha promovido recientemente una consulta pública ya finalizada sobre el “Anteproyecto de Ley de medidas procesales, tecnológicas y de implantación de medios de solución de diferencias” que se encuentra en proceso de elaboración.
Este anteproyecto trata de dar respuesta a la ralentización de los procedimientos judiciales como consecuencia de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, y para ello el anteproyecto prevé tres líneas estratégicas de actuación, la primera de las cuales consiste en encauzar la creciente litigiosidad mediante la implantación de una vía consensual, alternativa a la judicial, que posibilite una mayor participación de la ciudadanía en el sistema de justicia.
En esta línea estratégica, el anteproyecto propone lo que denomina “potenciar la capacidad negociadora de las partes mediante tres instrumentos: 1. el impulso de la mediación en todas sus formas, 2.el fortalecimiento de arbitraje con un nuevo modelo y 3. la introducción de otros mecanismos de acreditada experiencia en el derecho comparado.”
- Diversos foros jurídicos y de mediación, así como destacados miembros de la judicatura, la abogacía y la mediación han manifestado la conveniencia de la promoción de la mediación, y las ventajas de su utilización, especialmente en este periodo. También el Consejo General de la Abogacía se ha mostrado partidario del apoyo a la mediación, y las distintas Asociaciones y Federaciones de profesionales de la mediación.
- Se ha sumado asimismo el ámbito empresarial, en el que numerosos actores económicos como las Cámaras de Comercio, el Círculo de Empresarios o el Foro de la Empresa Familiar se han pronunciado a favor de la idoneidad de la mediación para las disputas empresariales con el fin de favorecer la continuidad de las empresas afectadas por la crisis de la actividad económica y del empleo.
Todas estas iniciativas y apoyos en estos tiempos difíciles suponen sin duda una nueva gran oportunidad para la mediación que tal vez permita acelerar un proceso que ya estaba en marcha.
Terminamos con unas palabras de Leonardo Schcvarstein. “A pesar de todas las ventajas señaladas, la mediación en si misma no deja de ser una técnica limitada por el contexto en el que se utiliza. Ninguna técnica excede en sus resultados los límites que le impone la estructura en que se inserta y las circunstancias en que se aplica.”
Aprovechemos la ocasión para construir con mediación.
