
Esta semana publique en mi blog Mi Práctica Diaria un post dedicado a la importancia que para el abogado tiene el conocer a su competencia. Entre las medidas que recomendaba para poder disponer de dicho conocimiento incluí la posibilidad de aprovechar las visitas a otros compañeros cuyos despachos fueran similares al nuestro e interesarnos por su práctica profesional en todos sus aspectos: observar y tomar nota de sus procesos, el desempeño de su personal, su atención al cliente, sus productos o servicios más solicitados, sus precios, su decoración, incluso preguntarles como les va y que es lo que están haciendo para mejorar.
Dándole vueltas al tema, se me ocurrió la posibilidad de ahondar en otro post, puesto que esta actitud puede ser muy positiva, no solo los efectos antes indicados, sino porque nos enriquecerá enormemente como profesionales y como personas.
Efectivamente, el visitar el despacho de otro compañero puede reportarnos innumerables beneficios, siempre y cuando, eso sí, lo hagamos con un espíritu de mejora y crecimiento de nuestra práctica profesional. Digo esto porque no es lo mismo visitar un despacho limitándonos a hablar con el compañero del asunto que nos ocupa, que hacerlo, además, con la intención de, como anticipaba, enriquecernos con la información que nos puede proporcionar tanto el compañero como el entorno en el que interactúa.
Personalmente, cuando tengo ocasión de visitar a un compañero, me gusta aprovechar la ocasión para preguntarle sobre su práctica profesional, es decir, cómo le va, cuantos compañeros integran el despacho, a que se dedican, que servicios ofrecen; igualmente, suelo hablar del sector; también comentamos algunas anécdotas de clientes y, siempre, sale el asunto de los honorarios, lugares comunes que constituyen cita obligada en la conversación de todo abogado. El resultado de esta conversación (normalmente tomando un café después del trabajo propiamente dicho) suele ser muy refrescante, pues te das cuenta rápidamente que no estás solo, y que tus preocupaciones e inquietudes profesionales, al igual que tus alegrías, son compartidas por todos los que ejercemos esta profesión, y compartir ayuda a sobrellevar. Pura hermandad.
Igualmente, en las visitas que realizo me gusta observar todo, desde la forma de actuar el personal y los abogados, hasta el último detalle de las instalaciones; el diseño de despacho, el aprovechamiento de los espacios, el juego de luces, los lugares de estudio, de reunión o de visita, etc… Todo esto me permite contemplar opciones diferentes del aprovechamiento de los recursos humanos y materiales que podrán ayudarme a introducir algún cambio en mi propio despacho. De hecho, algunos de los que he introducido últimamente derivan de la observación a la que vengo refiriéndome.
Y en ocasiones, cuando el compañero se brinda a ello y me enseña a fondo su despacho (¡con saludo incluido a los abogados que interrumpimos!), tengo siempre la satisfacción de encontrar alguna novedad relacionada con los procedimientos de trabajo que puedo introducir posteriormente en mi despacho. Por ejemplo, recientemente en Madrid tuve ocasión de comprobar en el despacho de un compañero un sistema de archivo muy ingenioso en el que se privilegia el documento digitalizado sobre el papel, sistema que he puesto en práctica de inmediato en el despacho.
Naturalmente, también hay que pensar en la perspectiva del compañero que te abre las puertas, y lógicamente, como dice mi buen amigo Juan Iribas, es probable que voluntariamente mantenga un discreto silencio sobre algún proceso, medida o innovación como si fuera el "secreto de la Coca-Cola", lo cual es absolutamente lógico, pues al fin y al cabo somos competencia. Igualmente, habrá ocasiones en las que el contexto tenso de la reunión impedirá llevar a cabo estas experiencias.
En resumidas cuentas, esta visión, centrada en aprender de nuestros colegas y del enfoque que dan a la profesión siempre te producirá una sensación muy agradable, pues sientes que no estás solo, que aunque los abogados seamos diferentes en muchas cosas, la esencia de nuestra práctica es la misma aunque con el toque particular de cada uno. Y eso, eso es muy enriquecedor.
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