Lo cierto es que los abogados solemos detenernos poco en el proceso de elección del perito que emplearemos Lo primero que hemos de hacer es asegurarnos de que no existe conflicto de interés del perito en el caso en cuestión
Entre los operadores jurídicos, nadie duda de la importancia de la prueba pericial, pues puede afirmarse que cuando en un juicio se ha propuesto la prueba pericial, el resultado del pleito dependerá en gran medida de dicha pericia. A pesar de tal concienciación, lo cierto es que los abogados solemos detenernos poco en el proceso de elección del perito que emplearemos, limitándonos generalmente a seguir la recomendación de algún colega o del propio cliente. Sin embargo, como todas las cuestiones relativas a la preparación del juicio, elegir al perito es una fase clave que debe llevarse a cabo con el necesario detalle y rigor.

Expuesto lo anterior, en la presente colaboración abordaremos los requisitos que deberá cumplir el perito elegible, características que deben garantizar que a la hora de la práctica de la pericial habrá pocas sorpresas (aunque esto nunca puede asegurarse dada la incertidumbre que caracteriza todo juicio).
Conflicto de intereses
Lo primero que hemos de hacer es asegurarnos de que no existe conflicto de interés del perito en el caso en cuestión. ¿Tiene amistad o enemistad con la parte adversa?, ¿ha trabajado o trabaja para la misma?, etc., son cuestiones que nos evitarán problemas de difícil solución cuando ya sea demasiado tarde. No es la primera vez que hemos expuesto al perito todos los pormenores del caso y, a última hora, nos enteramos de que hace un par de años hizo determinados trabajos para la parte adversa.
Experiencia
Hemos de conocer la experiencia del perito tanto en su área de actividad como a la hora de testificar en juicio. Es preferible un perito con experiencia profesional o académica porque, obviamente, esta es un grado, aunque, como sabemos, no es el único factor a considerar. No obstante, la realidad es que una solvencia técnica y práctica acumulada gracias a la experiencia es muy positiva durante una pericial; en cuanto a la acumulada al realizar periciales, es mejor que el perito haya dispuesto de algunas experiencias, pues ello facilitará enormemente la preparación de la pericial y nos evitará la labor pedagógica que conlleva explicar al perito las singularidades de su intervención. Además, dicha experiencia ayudará a que el perito transmita seguridad.
Habilidades de comunicación
Escribir y expresarse bien son requisitos imprescindibles de todo perito. La comunicación verbal y no verbal durante su intervención en sala serán determinantes para trasladar adecuadamente el contenido de su pericia. El perito es un mensajero de cierta información, y cuando es un mal comunicador, no importará lo bueno que sea el mensaje. Sencillamente, el mensaje no llegará. Por ello, debemos de asegurarnos, y esto es clave, de que el perito se desenvuelve perfectamente a la hora de conversar y transmitir sus planteamientos.
Personalidad
La personalidad del perito puede ser determinante en una prueba pericial, especialmente si es egocéntrico, arrogante displicente y lleno de sí mismo, ello sin perjuicio de las cátedras o experiencia profesional de que disponga. Por lo tanto, una personalidad acusada puede ser muy positiva siempre que transmita convicción, fuerza y credibilidad pues, de lo contrario, mejor buscar a alguien más humilde, aunque igual de preparado.
Autocontrol
Es fundamental que durante su exposición el perito no pierda los nervios y acabe empleando conductas caracterizadas por la falta de control que suelen concluir en discusiones y enfrentamientos con el letrado que lo interroga o incluso con el juez. La falta de autocontrol es sinónimo de falta de credibilidad, de objetividad y de recursos. Por ello, será fundamental que transmita tranquilidad y calma o, lo que es lo mismo, seguridad, pues disponiendo de esta, es seguro que dispondrá de autocontrol.
Honestidad
Durante los interrogatorios el perito debe ser imparcial, lo que supone que en sus manifestaciones no debe tratar de beneficiar a la parte que lo ha contratado (en casos de perito de parte), bien mintiendo, exagerando, no haciendo concesiones cuando se le preguntan cuestiones obvias, enfrentándose con el letrado que lo interroga, etc. Por ello, a la hora de evaluar al perito, hemos de vigilar aquellas actitudes que transmiten más picaresca que profesionalidad.
Reputación
Obviamente, si nuestro perito es un reputado especialista en el sector, mucho mejor para nuestra pericia, pues este extremo será indudablemente tenido en consideración por el juez o jurado. Ensayos, tratados, apariciones públicas, intervenciones en casos importantes, etc. son caldo de cultivo para disponer de una buena reputación.
Honorarios
Lógicamente, el precio de los servicios importa, pues en ocasiones el cliente no puede permitirse determinado costo. Es pues inexcusable solicitar información sobre el montante de sus servicios para trasladárselo al cliente y que este decida.
Aceptación de la teoría del caso
Es fundamental que el perito esté de acuerdo con nuestra teoría del caso, línea de defensa o planteamiento del litigio, pues si aquél no comulga con nuestro planteamiento o si manifiesta dudas importantes, es obvio que dichas circunstancias puedan aparecer durante el contrainterrogatorio. En la medida en que mayor sea el compromiso con nuestra defensa, menores los riesgos en la práctica de la prueba.
Sintonía abogado-perito
Un último requisito, no imprescindible, es que se produzca una conexión entre el letrado que llevará la dirección del caso y el perito. La razón no es otra que una buena conexión va a facilitar enormemente la fluidez de las comunicaciones y la toma de decisiones a realizar durante el desarrollo del caso. Y me atrevería a decir que aquí es la “sensación” que tenga el abogado la que decidirá si hay o no tal vínculo.
Probablemente nos habremos dejado más de una característica en el tintero, si bien las apuntadas pueden darnos una idea muy clara de la importancia de saber elegir al profesional y, sobre todo, la razón de tal decisión.
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Abogado. Experto en habilidades profesionales
@oscarleon_abog
Decano del Ilustre Colegio de Abogados de Sevilla