
- La Comisión Europea formuló un ambicioso plan de acción diseñado en distintas fases
- Estas medidas afectan, principalmente, a las ventas online transfronterizas, al sistema de ventanilla única, a los marketplaces y a las reglas de localización del IVA
La irrupción del comercio electrónico y la digitalización de la economía han provocado la necesidad de introducir medidas en nuestro sistema tributario que permitan su adecuación a la situación actual.
En concreto, y en la medida en la que cualquier operación de comercio electrónico tiene repercusión en la imposición indirecta, se ha hecho necesaria la revisión de la normativa en materia del IVA. Y es que el impacto en este Impuesto depende tanto de la naturaleza de la operación (si estamos ante una entrega de bienes o una prestación de servicios), como de la condición (particular, o empresario o profesional) y localización de las partes intervinientes.
Si bien en un principio el sistema del IVA estaba pensado como una tributación en origen, el empuje de la economía digital que permite a los consumidores adquirir fácilmente bienes y servicios de proveedores de todo el mundo, lleva necesariamente a una regulación basada en la tributación en destino.
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