La imposibilidad por parte de las pequeñas empresas de hacer frente a los gastos ordinarios sitúa a estas empresas en estado de insolvencia. La vigente Ley Concursal, desconocida para el pequeño y mediano empresario, en su artículo 5 obliga a este a solicitar la declaración de concurso dentro de los dos meses siguientes a la fecha en que hubiera conocido o debido conocer su estado de insolvencia.
Al margen de la legislación mercantil, la realidad es que el pequeño comercio o pequeño empresario se ha encontrado en pocos meses, que la falta de facturación o ingresos provocados por la falta de ventas ha convertido su negocio o empresa en un problema al que no puede o no sabe hacer frente. En definitiva, el empresario no tiene capacidad para hacer frente a los pagos pendientes.
Los medios de comunicación han anunciado en reiteradas ocasiones una avalancha de Concursos de Acreedores que probablemente colapsen los Juzgados de lo Mercantil. Para el pequeño empresario los continuos anuncios despiertan un interés sobre el Concurso de Acreedores de la empresa como posible salida a la insolvencia empresarial generada por el cierre obligado de su negocio o empresa.
En pocos meses han aflorado números despachos de abogados que anuncian soluciones a las crisis empresariales la cascada de información y de propuestas al empresario en situación de insolvencia genera numerosas dudas a la hora de tomar decisiones.
El desconocimiento, o la falta de experiencia, puede provocar una estrategia errónea que demore o agravé la situación de insolvencia. Para los empresarios el Concurso de Acreedores es una solución lenta y cara. Los anuncios de Concurso de Acreedores Express están despertando un interés, por una solución hasta hace unos meses desconocida y que posibilita un punto y aparte, o un punto y final al fracaso provocado por la pandemia conocida como Coronavirus.
Con este artículo voy a tratar de resumir, explicar y aclarar el llamado Concurso de Acreedores en la modalidad de “express”, que tanto se anuncia últimamente.
El llamado Concurso Express es una solución que el legislador introduce en la Ley Concursal 22/2003 en el año 2015. Es decir, esta posibilidad está a disposición del concursado desde la citada fecha, y la han aplicado despachos de abogados desde su entrada en vigor.
El legislador introduce un artículo 176 bis que desarrolla las Causas de Conclusión del concurso desarrolla la conclusión del Concurso por insuficiencia de masa activa
El legislador no hace otra cosa que, con buen criterio, permitir al juzgado un atajo para llegar a la misma conclusión que en el procedimiento normal. La adecuada explicación de la situación de la empresa, acompañada de una documentación determinada, y siempre solicitándolo el concursado plantea al Juez la opción de finalizar el Concurso sin que se nombre Administrador Concursal y en consecuencia que un experto profundice en la realidad de lo manifestado en la Demanda.
Es decir, el despacho de abogados propone al Juez un acto de fe, para que este crea lo manifestado en la solicitud, y sin un análisis profundo cierre la empresa con las consecuencias que ello conlleva.
Evidentemente, aquí está la clave del procedimiento conocido como Concurso Express, que no es otro que la habilidad o pericia del profesional para explicar al Juzgador la situación real de la empresa y que el patrimonio de esta es insuficiente para la satisfacción de los créditos contra la masa, es decir las deudas.
Facilitar al Juzgado la toma de la decisión de conclusión del concurso corresponde al abogado o al despacho elegido por el empresario. La aplicación de una norma que está en vigor desde hace cinco años alcanzando el éxito deseado no es tarea fácil. La experiencia, el estudio, el análisis individual de la situación de insolvencia empresarial para plasmarlo en la correspondiente Demanda acompañada de la documentación exigida por la Ley Concursal es lo que, a mi entender, debe tener claro el empresario que quiere poner fin al problema de la forma más rápida y económica posible.
