Una nueva realidad ha venido a visitarnos a las Administraciones Públicas y a las empresas, impulsada por la necesidad y la obligación de dar respuesta al maldito virus COVID-19, estoy hablando del teletrabajo o trabajo a distancia, como lo denomina el Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia. De la noche a la mañana en toda España nos hemos visto abocados a esta nueva realidad que nos ha obligado a dar nuevas respuestas a nuevos problemas.
Cierto es que la crisis del COVID-19 ha estado precedida por la crisis económica de 2008 y sus efectos colaterales que como en todas las crisis, han sido tanto positivos como negativos. Dentro de los que considero positivos y que afectan tanto al Ayuntamiento de Madrid como al resto de administraciones públicas españolas, es que el escenario de crisis actuó como palanca para que tratásemos de abaratar al máximo los costes en la prestación de servicios, al mismo tiempo que garantizábamos prestarlos en condiciones de calidad. Hubo que agudizar el ingenio y mejorar la eficiencia en la gestión de los escasos recursos con los que se contaba y se aprovechó para avanzar hacia una nueva administración que aprovechara la tecnología para prestar mejores servicios utilizando menores recursos y, enfocando un problema de política pública desde el punto de vista de la innovación y la tecnología, aplicando criterios de administración electrónica, valiéndonos para ello además de la nueva cobertura normativa que nos ofrecían las nuevas leyes estatales de la materia de administración electrónica, factura electrónica, etc.
En este contexto la idea del teletrabajo no es tan novedosa como pudiera parecer, ya que se venía hablando de ella muy especialmente al abordar los temas relacionados con la conciliación de la vida personal y familiar con el trabajo, pero siempre la habíamos percibido como algo que llegaría pero que no acababa de hacerse realidad.
En el Ayuntamiento de Madrid, administración en la que presto mis servicios, al existir un organismo autónomo encargado de la gestión de todos los recursos informáticos del Ayuntamiento (Informática Ayuntamiento de Madrid, I.A.M), la transición hacia una administración conectada electrónicamente y que pueda prestar parte de sus servicios a través de teletrabajo, ha sido más fácil.
En este sentido, desde IAM se han venido realizando un conjunto de actuaciones que se han ido implementando de forma transversal entre el personal municipal y que han servido para que la percepción de al menos quien suscribe, sea excelente y que considero que al menos parte de su éxito reside en que se trata de actuaciones bien estructuradas y que han formado parte de una estrategia previamente bien diseñada, lo que la puede definir como un buen modelo de diseño e implementación de política pública.
En un primer momento se trató de identificar al personal municipal que contaba con medios personales en sus casas para que a través de una conexión municipal facilitada por IAM, pudiese continuar prestando sus servicios. Este trabajo se delegó en las Subdirecciones Generales que han sido las unidades administrativas encargadas de servir de unión entre las distintas instrucciones dadas por el Área de Gobierno de Personal y transmitidas por las Secretarías Generales Técnicas, y las unidades dependientes de las mismas, servicios, departamentos y negociados. En esta primera fase se pusieron de manifiesto las disfunciones derivadas de la insuficiente dotación de tecnología de muchos trabajadores municipales, que bien no contaban con ordenadores en sus casas o bien no contaban con la red de internet suficiente o necesaria, lo que derivó en que durante esta primera fase del confinamiento, todo este personal no pudiera prestar servicio. Una vez que la situación sanitaria lo ha hecho posible, este personal ha sido el primero en incorporarse a trabajar de forma presencial. Esta primera fase implicó además que el personal municipal pudiésemos trasladar nuestros ordenadores de sobremesa a nuestras casas, habilitando un sistema informático de conexión a la red municipal (pulse secure) que se ha mostrado muy eficiente y exitoso.
La segunda actuación que se realizó, fue la de identificar al personal que una vez finalizado el Estado de Alarma debía prestar servicios de atención al público de forma presencial, para lo cual fue necesario que por parte de las Subdirecciones Generales afectadas se organizasen los turnos precisos, teniendo en cuenta para ello qué personal no podía hacerlo por encontrarse dentro del colectivo de personas especialmente sensibles a los efectos del COVID-19, trabajadores de más de 60 años y aquellos que contaban con patologías que se iban demostrando peligrosas a efectos del virus. Esto supuso en muchos casos un gran reto para muchos servicios ya que con carácter general en todas las administraciones hemos visto como en los últimos años ha menguado considerablemente el personal funcionario que presta servicios, paralizándose las ofertas de empleo público y las oposiciones, lo que ha supuesto un envejecimiento considerable del personal, en nuestro caso municipal y por lo tanto dificultando el contar con personal que en ese momento pudiera prestar servicio. Además, los equipos de trabajo han debido coordinarse en turnos y en trabajo, de forma que los compañeros que teletrabajaban debían de preparar el trabajo y en su caso desplazarse presencialmente exclusivamente para los trabajos estrictamente necesarios (por ejemplo, imprimir documentos oficiales).
La tercera actuación que ha sido bastante bien coordinada por IAM, ha consistido en dotar de equipos de ordenadores portátiles a los trabajadores municipales previamente identificados por desempeñar tareas que implican cierto grado de responsabilidad, normalmente correspondientes al grupo A1. Pensemos además que nuestro Ayuntamiento cuenta con más de 22.000 trabajadores que descontando a policía y Agentes de Movilidad se queda aproximadamente en unos 15.000, por lo que identificar y dotarlo de estos equipos a contra reloj, ha supuesto un auténtico reto que se ha desarrollado con éxito.
Podemos decir que a día de hoy, la celebración de reuniones internas, comités de dirección y obviamente todas las referidas al funcionamiento de los órganos necesarios del ayuntamiento, comisiones, Junta de Gobierno y Pleno, se celebran con normalidad a través de plataformas como TEAMS y se han ido consolidando de forma que se ha invertido de forma clara la antigua tendencia a mantener reuniones presenciales en las dependencias municipales, lo que supone un gran ahorro en tiempos de desplazamiento, utilización de recursos como vehículos, conductores y en definitiva, ha supuesto un incremento en la eficiencia del uso del tiempo del personal municipal. Pero además también se ha podido observar esta misma dinámica en lo que a las reuniones externas se refiere, de forma que las empresas, ciudadanos y demás actores externos, se han acostumbrado ya a mantener reuniones a través de internet lo que nuevamente supone incidir en la consecución de los ahorros comentados.
Una repercusión que considero digna de mención es el necesario estudio económico que será preciso realizar en lo que al patrimonio municipal se refiere y más concretamente en el gasto sobre inmuebles municipales. Nos encontramos ante grandes edificios prácticamente vacíos, algunos de los cuales no son propiedad municipal y por los que se están pagando importantes cantidades de dinero. ¿Es coherente en este contexto seguir invirtiendo en ellos? Cierto es que la incertidumbre actual en la que no conocemos con certeza prácticamente nada en relación a cómo evolucionará la crisis sanitaria, dificulta este tipo de toma de decisiones, pero todo parece indicar que en las Administraciones Públicas se ha dado un paso hacia delante de no retorno y que una vez demostrada la viabilidad del teletrabajo, que es posible, que ahorra costes y aporta más ventajas que inconvenientes, ha venido para quedarse. Bienvenido seas.
