Mahmud Ahmadineyad juró el miércoles el cargo de presidente de Irán, casi ocho semanas después de unas disputadas elecciones que provocaron los peores disturbios del país desde la revolución islámica de 1979 y dividieron a la élite política y clerical.
El presidente de 53 años, perteneciente a la línea dura, juró el cargo ante el Parlamento, con policías antidisturbios desplegados en las calles cercanas para hacer frente a cualquier protesta de sus oponentes, que dicen que las elecciones fueron amañadas.
"Yo, como presidente de la República Islámica de Irán, juro sobre el sagrado Corán y la nación iraní y Dios ser el guardián de la religión oficial, la República Islámica y la constitución", dijo Ahmadineyad en la ceremonia.
Las páginas web de la oposición señalaron que los partidarios del principal rival del presidente, Mirhosein Musavi, estaban organizando protestas.
Un testigo dijo haber visto cientos de seguidores de Musavi en los aledaños del Parlamento, a pesar de la fuerte presencia de policía antidisturbios o con la milicia basij. La policía arrestó al menos a 10 manifestantes, señaló el testigo, añadiendo que se había cortado la señal de los teléfonos móviles.
Ahmadineyad dijo que Irán quiere coexistir de forma pacífica con el mundo pero resistirá a cualquier potencia "acosadora".
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, así como los líderes de Francia, Reino Unido, Italia y Alemania han decidido no felicitar al mandatario por su reelección, si bien la Casa Blanca ha reconocido que "es el líder electo" de Irán.
Ahmadineyad reaccionó con brusquedad al vacío que le hicieron las potencias occidentales.
"Hemos oído que algunos de los líderes occidentales han decidido reconocer pero no felicitar al nuevo Gobierno", dijo. "Bueno, nadie en Irán está esperando sus mensajes".
El presidente tiene ahora dos semanas para presentar un gobierno a la aprobación del Parlamento, pero podría enfrentarse a complicaciones frente a la mayoría conservadora, así como de los moderados.
Musavi y otro candidato moderado derrotado, Mehdi Karubi, dicen que el nuevo gobierno es ilegítimo, en claro desafío a la persona más poderosa del país, el ayatolá Ali Jamenei, el Líder Supremo, que le ha apoyado oficialmente.
Ahmadineyad ha recibido críticas también de algunos dirigentes de línea dura, molestos con su candidato inicial para ocupar la primera vicepresidencia, Esfandiar Rahim-Mashaie. Su enojo aumentó cuando el presidente se tomó una semana para obedecer la orden de Jamenei de sustituir a Mashaie.
Sin embargo, Jamenei describió el lunes a Ahmadineyad como "valiente, trabajador y sensato", en una ceremonia que fue boicoteada por los líderes moderados, entre ellos los ex presidentes Mohamad Jatami y Akbar Hashemi Rafsanjani, que apoyan a Musavi.
Al menos 20 personas murieron en los disturbios posteriores a las elecciones del 12 de junio y centenares han sido arrestadas.
